domingo, 19 de septiembre de 2021

El Ensayo es el clásico que más respeta la esencia de su nombre y Kodiak Boy lo tomó al pie de la letra

Kodiak Boy pasó por un camino arduo en los 400 finales y dejó huella ante la carga de Roberts Hit

 

El potrillo del stud Las Monjitas conoció el césped en ese Grupo 2 sobre 1800 metros, pasó el test y se sumó a los postulantes al triunfo en el Gran Premio Jockey Club (G 1)  


Si hay un clásico en el turf argentino que respeta su nombre y no cambió de condición desde que nació, en 1995, es el Ensayo (G 3-1800 m). Sí, en cambio, fue “descendido” a Grupo 3, con lo que perdió un grado, pero la distancia y la pista original se mantienen desde los comienzos, cuando el hipódromo de San Isidro volvió a funcionar en 1979, tras una intervención del Gobierno que duró más de tres años e introdujo un calendario que debía diferenciarse del hipódromo de Palermo, como mínimo en la nomenclatura. Entonces, el Ensayo debe su nombre y su condición a que es un test para el Jockey Club (G 1-2000 m) y es inamovible. En cambio, una carrera tradicional como el Gran Premio Comparación, que bajó a Grupo 2  y redujo su distancia y pista, ya no ofrece la “comparación” entre caballos de 3 años y mayores: ahora corren sólo ejemplares de 4 años y más. Incluso su ubicación en el calendario sufrió modificaciones.

Alejado de todas esas cuestiones, para Kodiak Boy (Treasure Beach) este clásico del sábado 18 de septiembre en San Isidro fue un ensayo cabal. Sobre todo porque se trató de su debut en la pista de césped, después de juntar experiencia y terronazos en la arena porteña y en la del Norte, y también porque nunca había corrido en esta distancia, como la mayoría de sus rivales.

Adrián Giannetti movió las riendas para sacarlo de los palos en el comienzo de la recta, donde tuvo más fuerza que Shy Friend (Equal Stripes), y cuando dominó tenía controlado a ese rival, hasta que apareció Roberts Hit (Hit it a Bomb), que no pudo más que escoltarlo a medio cuerpo ahora, pero dejó la sensación de que puede desquitar.  

“Había ganado muy bien en Palermo y quisimos hacer campaña allá, pero después le costó, se portaba mal, salía enojado, no sé qué le pasó. Lo cierto es que las carreras posteriores a la que ganó no nos convenció”. ¿Será que fueron carreras bravas?, se le consulta a Dany. “Sí, una vez que ganás te tirás a los clásicos, en especial si el potrillo sale de perdedor temprano. Esta vez volvió a ser lo que esperábamos de él. Ahora se queda acá, va a correr el Jockey Club". Las Monjitas viene muy bien, tiene a Vespaciano (Daniel Boone), que ganó las Dos Mil Guineas y también es preparado por Etchechoury.

Dany va por el sexto Jockey Club en su trayectoria. Sabiendo tan bien el camino que lleva a la segunda gema de la Triple Corona es seguro que tenía pensado este Ensayo para lo que es la filosofía que le da el título a la carrera.






EL VALOR DE TETAZE











No hay comentarios:

Publicar un comentario

La alegría de ganar el Dardo Rocha, un oasis en el turf que Juan de la Cruz Ramallo disfrutó con amigos, como un hípico más

  Ramallo, con Leandrinho y Nicolás Martín Ferro,  fundamentales para el triunfo  / RRPP La Plata El criador y socio en Treasure Island cel...