![]() |
Lo grita Adrián Giannetti, de gran conducción en la montura de Concord |
El zaino del stud La Miky no alcanzó la velocidad supersónica del Concord, el aparato franco-británico que desde 2023 descansa en un museo, tampoco su tamaño, pero mostró una clase fantástica para un debutante en el primer nivel y está invicto en el pasto de San Isidro, donde el sábado se consagró
Concord es un caballo de 3 años y 436 kg que acaba de tener su bautismo de fuego en el Clásico América (G 2-1600 metros), sobre la pista de césped en la que está invicto en tres actuaciones. Por ese volumen de bajo peso su estreno se hizo esperar hasta octubre último, pero esta vez dio una muestra de que la espera valió la pena. En la arena de Palermo el pupilo de Rubén Vivas había ganado en su debut y sumó dos segundos puestos, sus únicas derrotas.
El sábado, el hijo de Remote, criado en Firmamento, fue ubicado por Adrián Giannetti por dentro, entre 3° y 4°, y a poco de entrar en la recta salió a su derecha desde los palos para gambetear al puntero The Goat (Fortify) y sacar pronto una diferencia para tener bajo control a What a Man (Mastercraftsman), que descontó mucho desdee el medio del lote, abierto, y finalizó 2° a un cuerpo y medio, en una excelente actuación.
Rubén Vivas es el cuidador de Concord, contó la breve historia del caballo al que ya su físico será visto con otros ojos: “Es un caballo que siempre prometió. Ganó debutando en Palermo como lo hacen los buenos, muy fácil. Luego le ha tocado perder carreras por ser potro y ahora se ha hecho más serio, ha madurado. Esta vez no fue el caballo que salía a correr desesperado a entregar lo que tenía, se lo pudo administrar; la conducción fue todo, Adrián hizo que saliera como queríamos, sin desgastarlo, y salió todo redondito.
-Concord daba un salto importante ¿no?
-Siempre le tuvimos confianza, era una promesa y eso se pudo demostrar ahora, que contra caballos adultos sacó pecho. Es un caballo chico, por eso se domó tarde, vino tarde al stud y lo cierto es que se puso muy rápido, creo que a los cuatro meses debutó. Lo había comprado el propietario en un remate de Firmamento.
Para un cronista veterano, hablar de Gregorio Vivas, fallecido hace cinco años, se volvió inevitable. Dice su mejor alumno, cuando se le pregunta por los buenos especialistas en media distancia que cuidó: “Mi padre tuvo tres milleros buenos, Maipo Royale (Val Royal, ganador del GP San Isidro {G 1}, Romeo Plus (Alpha Plus, GP de las Américas {G 1} y GP 9 de Julio {G 1}) y Star Plus (Alpha Plus, GP Joaquín S. de Achorena {G 1}). Sergio Movilio, de Alma de Turf, me hizo emocionar cuando me entrevistó; hace unos días hubiera cumplido años”. Y aunque uno le hizo esta nota después de los colegas, los ojos de Rubén no dejaron de ponerse vidriosos.
“Era admirable cómo trabajaba, incansable mi papá; a uno le vienen todos esos recuerdos en momentos como este, que me habría gustado compartir con él... igual me ayuda desde arriba”. Como Juanca y Juanchi Maldotti, los Etchechoury y todos los que nacieron en un stud e iniciaron el camino del training, Rubén comenzó con su padre, de abajo: “Empecé como peón, aprendí el oficio, me hice capataz, trabajábamos a la par. En 2015 cuidé mi primer caballito y después heredé las caballerizas de mi padre, que me dieron apoyo, y gané carreras importantes, como un Grupo 1. Se pudo seguir en una actividad muy competitiva y uno tiene que demostrar, sobre todo cuando el maestro fue su padre.
-Parece que en tu caso el apellido no resultó un peso.
-Ese un plus que hay que llevar desde el arranque, porque no quiere defraudar a los que confiaron en uno.
Aquel triunfo de Grupo 1, el más importante para Rubén Vivas, fue el de Conviction (City Banker), una yegua de Orilla del Monte que ganó el Gilberto Lerena, en los 1600 metros de césped de Palermo, con Eduardo Ortega Pavón en las riendas. Eso fue en 2016. Tal vez sea hora de una segunda conquista de ese calibre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario