Obra Clásica: el sonido de un Stradivarius, una pincelada de Van Gogh o una canción de Lennon/McCartney, que ganó con el mejor intérprete

Corrió fuerte hasta el disco Obra Clásica, en un gran remate 

La yegua de Haras Pozo de Luna fue contundente en el Clásico Ricardo, Ezequiel y Ezequiel M. Farnández Guerrico (G 2), en San Isidro, de punta a punta y por cuatro cuerpos, con otra faena de Francisco Gonçalves 

Obra Clásica sonó como un Stradivarius, como una canción de Lennon-McCartney, coloreada como un óleo de Van Gogh. Si en el Haras Pozo de Luna pensaron en el futuro de la hija de Daddy Long Legs en las pistas, cuando fue bautizada, seguramente se ilusionaban -¿qué caballo no encarna un sueño desde que nace?- con una actuación como la del Clásico Ricardo, Ezequiel y Ezequiel M. Fernández Guerrico (G 2-1600 metros), sobre el césped de San Isidro, que ganó de punta a punta con un intérprete que cada día corre mejor.

Ya son bien conocidas las virtudes de Francisco Fernandes Gonçalves para conducir un puro de carreras, sobre todo para ponerlo en la ubicación que necesita. Y ahora, parece que el brasileño domina como nunca el arte de gobernar los desarrollos yendo al frente, como se vio esta vez y se puede apreciar en el video que acompaña estas líneas. Cuando las amenazas estaban en ciernes, en el instante de entrar en la recta, Obra Clásica se volvió a estirar y se impuso por cuatro cuerpos ante Punta Turquesa (Fortify), para formar un uno-dos de los Martín Ferro: Nicolás puso en orden el violín, la partitura o la tela, y Enrique preparó a la buena de Punta Turquesa.

Después, completaron el marcador Same Treasurse (Treasure Beach), Kelly Rose (Il Campione, de alentador bautismo clásico), Dream Serena (Forge, de Nico Martín Ferro) y Miss Talento (Equal Talent).

“Siempre se la tuvo como una yegua clásica; le costó salir de perdedora, pero una vez que llegó a la milla mostró lo que es ella y esperamos que siga sana, porque tiene mucho para seguir triunfando”, comentó el Leandrinho.

-Por la manera en que manejaste a Obra Clásica da la impresión de que trae un espejo retrovisor…

-Yo sé lo que tengo e hice la carrera que le venía bien a mi yegua; después, si me vienen a ganar, que vengan, pero ella corre en todos lados.

Sólo en dos carreras de las nueve en que compitió la hija de la yegua Ochagavia (Orpen), que murió dejando la cría siguiente a Obra Clásica, no llevó las riendas Gonçalves. “No la corrí en el debut, donde fue con William Pereyra, creo que yo estaba suspendido. Ese día fracasó en la pista de arena, a pesar de que andaba bien; después tuvo sobrecañas. Creo que tenemos una millera tremenda y puede ser que llegue a la distancia, pero por ahora en 1600 metros está bárbara”.

En la restante prueba en la que el nacido en el estado de Ceará no estuvo en la montura quedó segunda a medio pescuezo en 1400 metros, con Kevin Banegas.