El hijo de Winning Prize es el primer caballo que compraron los propietarios venezolanos del stud Claro, y ya festejan una conquista de Grupo 2 por el increíble margen de quince cuerpos, una ventaja notable para un clásico de 1200 metros
Lo que se
vio en el Clásico Santiago Luro (G 2-
Con Eduardo Ortega Pavón en las riendas, el defensor de la caballeriza Claro salió fuerte para ganar los palos en la punta y se fue rumbo al disco sin ninguna oposición. El jockey lo tocó suavemente con la fusta, accionó el filete, y el alazán desplegó unas brazadas potentes, sin aflojar en ningún momento. El Porfeado (Emperor Richard), favorito, fue su escolta.
Luego de ganar en
No pudo correr adelante Rio Maggio, pero de a poco se fue poniendo en
carrera y arriba quedó a tres cuerpos del ganador. El panorama es distinto,
ahora. “Va a correr otro clásico, no queda otra”, afirma Cardón como si no
hubiera más remedio o como si faltara una muestra más de la velocidad del
potrillo. “Pero ya lo quisieron comprar y no se vendió; no lo van a vender
barato”. En la prehistoria de todo este vértigo, revela Cardón, el potrillo fue
rechazado tras salir a la venta en dos remates.
De paso, el entrenador detalla que prepara unos 70 ejemplares en San
Isidro, entre los que ya no está Irwin, que se lesionó en el Gran Premio Martínez
de Hoz (G 1) y fue llevado al campo. “Va a ser difícil que vuelva, porque no
aguanta el vareo”, explica.
Nacido en Comalal, Rio Maggio es el segundo ganador clásico de la
generación 2020 por Winning Prize (Pure Prize); el restante es Paraná Miní, ganador
de un Listado en La Plata. El padrillo presta servicio en La Numancia y
pertenece a un grupo que integran los haras Recoveco, El Turf, y José y Raúl
Nelson.
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