sábado, 18 de febrero de 2023

Alguna vez descartado, Paraná Miní muestra ahora con su invicto que puede torcer el destino, de la mano de Carlos Domingo


El potrillo estaba entre los ofrecidos por el haras La Numancia, pero la selección del entrenador fue a un rumbo distinto; luego, la muerte del caballo elegido, tras un accidente, llevó a este ganador del Clásico Criadores Argentinos al stud Pancho R. X., que disfruta de su notable velocidad, en La Plata  



Kevin Banegas resultó fundamental para serenar al potrillo / Gentileza Gustavo Duprat

 


A veces el turf da revancha. Muchas veces. Como tantos deportes. La frase viene a cuento porque Paraná Miní (Winning Prize), un potrillo de 2 años, ganó el Clásico Criadores Argentinos del Sangre Pura de Carrera (L-1000 m) y está invicto en dos actuaciones, ambas en La Plata. Por su lado, el desquite viene de situaciones a las que los caballos nos acostumbraron desde que se hacen carreras y son seleccionados: su destino no tenía las luces que lo iluminan ahora, donde este jueves dio espectáculo al vencer por cinco cuerpos.

Carlos Domingo, el entrenador, relata: “Corre como un loco. Fui al haras La Numancia con el propietario del stud Pancho R. X., que nunca había comprado un dos años, y nos mostraron cinco potrillos. Elegimos dos Safety Check, y al poco tiempo me llama Fernando Gutiérrez para decirme que uno se descaderó y lo tuvo que sacrificar”. Gutiérrez es veterinario y dueño de La Numancia, donde Domingo antes había comprado a Jobetto, y ahora a Ganas de Correr, otros dos hijos de Safety Check.

El titular del haras tuvo un gesto que el cuidador resalta. “Como ya me compraste  varios –le dijo- te aviso que me queda este potrillo”. Ese potrillo, que Domingo había descartado entre aquellos cinco que le mostraron porque “era finito, liviano”, es Paraná Miní, el que estaba para quedarse un rato más en un campo de la cabaña y al que un hecho fortuito llevó a un stud. “Si lo hubieras visto hace un año, hoy no lo reconocerías”, enfatiza Carlos.

Paraná Miní pesó 14 kg más que el día del debut, hace un mes, por ejemplo, y fue a la punta decidido en el clásico, como lo marca su temperamento. “Era medio nervioso, pero está manso; después del debut (ganó por siete cuerpos) mejoró, echó en la partida 35s2/5 –los 600 m-; lo iba a correr Juan Cruz Villagra en el estreno, pero estaba suspendido y se lo ofrecí a Banegas. Axel, un hermano de él, trabaja conmigo”.

Kevin solo tuvo que serenar a Paraná Miní en el comienzo. En la recta, cuando el zaino soltó amarras, se alejó sin apremios hacia el disco. Ni Antiguo Amigo (Daddy Long Legs), ni el favorito Alrededor del Sol (Angiolo), que había ganado las tres que corrió en el Bosque y terminó 3° a un largo y medio del escolta, pudieron inquietar al ganador.

Puede ser que para Carlos Domingo también este momento sea una especie de desquite o de redención quizá, porque purgó 4 años de una suspensión que le dictó el hipódromo de La Plata y que terminó hace una semana, por el uso del estimulante estricnina. Él dice que un video mostró al peón en una situación confusa, pero nunca pudo validarlo ante las autoridades, entonces decidió alejarse de todo, y destaca que Mónica López, propietaria de Sta. Elena, quiso que siguiera entrenando sus caballos, aunque no pudiera presentarlos en la competencia. El stud Haras Dilú también era su cliente por entonces. Durante la sanción, su hijo Martín figuró en los programas.

“Este año debuté tres potrillos de 2 años y gané con dos”, quiere destacar el entrenador, para dar vuelta la página. El otro ganador que menciona es Código Postal (Seek Again), ganador por medio cuerpo en su estreno en 1200 m en Palermo y que va a correr en el mismo escenario y distancia el Clásico Santiago Luro (G 2), el 4 de marzo.

Como su potrillo, Carlos Domingo vive una especie de revancha; en su caso, por los años en blanco en su campaña. Para eso, se juntaron los dos caminos, salvando las circunstancias de cada uno. Uno, con más kilos en su físico y “corriendo como un loco”. Domingo, reanudando una trayectoria que sabe que debe ser recordada por los triunfos, no por las sanciones.

















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