sábado, 17 de julio de 2021

Eduardo Ortega Pavón: "Cuando cruzamos el disco le dije a Balmaceda que lo iban a bajar"

Henestrosa ganó por distanciamiento el Clásico Ignacio e Ignacio F. Correas (G 2) y su jockey se lo anticipó al jinete de la segunda, Marquesa Key, que había cruzado primera




Henestrosa (3), segunda de Marquesa Key en la pista                                                                   Foto: Hapsa

El Clásico Ignacio e Ignacio F. Correas (G 2-2500 m), que le rinde tributo a una de las familias fundadoras del turf argentino, merecía un final como Dios manda, con una ganadora que fuera la misma en el disco y en las chapas. Pero ni semejante distancia ni la larga recta de Palermo alcanzaron para que Henestrosa (Treasure Beach) y Marquesa Key (Key Deputy) resolvieran su pleito en paz, sin que debiera intervenir la justicia hípica.

En la pista, Marquesa Key, con Lautaro Balmaceda, la puntera, se defendió del avance de Henestrosa abriendo exageradamente su línea, para terminar ambas cerca de la verja y con aquella pasando la meta primera por la cabeza, lo que generó el reclamo de Eduardo Ortega Pavón. Una demanda que descontaba la mayoría del público en la tribuna y seguramente también en el streaming, y que en pocos minutos le dio la razón al jinete paraguayo. Tercera a tres cuartos de cuerpo quedó Soviet Catch (Catcher in the Rye), ella sí en su puesto en el final de la trifecta tal cual dictaminó el photo-finish.

"Cuando cruzamos el disco le dije a Balmaceda que lo iban a bajar", comentó Ortega. Más que decírselo le gritó, incluyendo en la queja su brazo derecho agitado como si ya supiera que el marcador iba a revertirse en el escritorio. Mientras tanto, Balmaceda registraba su peso sin esconder su fastidio, tras observar el video de la carrera. Donde no habrá polémica que dirimir es entre los cuidadores de ambas: Nicolás Marín Ferro es el preparador de la ganadora y su padre Enrique entrena a Marquesa Key.

Tomás Larrain, que trabaja codo a codo con Fernando Fantini, responsable de Haras Pozo de Luna, habló de la madre de Henestrosa, Happy Queen (Roy): “Es de las madres originales, las primeras que incorporó Pozo de Luna, y no habíamos tenido suerte, pero se destapó con esta cría”. Happy Queen había corrido con los colores de Río Claro y ganó dos Grupo 3. Ahora tiene 19 años y tanto se destapó que dio en la generación siguiente, la 2017, a Huapango Torero (Suggestive Boy), también ganador de alto nivel. “Había dado ganadores pero no clásicos. Con ella empezó en el haras Dando Amor (Thunder Gulch), que tuvo su primer nieto ganador con Dzik (Portal del Alto)”. Este potrillo acaba de imponerse en el Clásico Old Man (G 3).

“Están rindiendo las inversiones”, agrega sonriendo Larrain, un veterinario que ahora no ejerce y que dejó su Chile natal para radicarse en la Argentina y manejar el plantel de 60 yeguas del haras con los padrillos Interaction, Suggestive Boy, Ídolo Porteño y Le Ken y en parte con acciones de Treasure Beach y Daddy Long Legs. Hasta su muerte temprana este año, Pozo de Luna también sumaba a Portal del Alto entre sus opciones. La tarea de Tomás alcanza además a los 30 caballos en training de la caballeriza.

“Hemos tenido mucha suerte con Treasure Beach; su primera ganadora clásica fue Mirta (en Miss Atorranta, 1ª en el GP Enrique Acebal)”, repite una idea que aplicó al mencionar a Happy Queen. Mirta ya está en el haras, preñada por Suggestive Boy para esta temporada. Uno le dice a Tomás Larrain que la suerte es relativa y él asiente: “Pero hay que ayudarla”. 



EL VALOR DE TETAZE





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