El final del Classic 2020; a la izquierda, In Your Honor, 1° por la desclasificación de King Slew (Hapsa)
A veces, el Laboratoire de Courses Hippique, al que el turf argentino entrega las muestras de los caballos que compiten en los Grupo 1, da buenas nuevas. A veces, se ajustan los calendarios, se minimizan las distracciones, se dejan de lado los “experimentos” y no se generan infracciones a los reglamentos del doping. Ficha limpia. Entonces, lo de siempre: se cae en el poco agradable latiguillo de que lo que debería ser normal, en la Argentina es excepcional, elogiable y se convierte en noticia. Las Carreras de las Estrellas arrojaron resultados negativos en los análisis que se realizaron en Francia. Todas. Ningún competidor fue medicado. El informe, burocrático y corto, ya no se mete en términos químicos que son oprobiosamente familiares en los oídos hípicos, sobre todo para la tribuna.
La sentencia popular “no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se
pague” parece que calza a medias en el turf, como en tantas cuestiones
argentinas. Los plazos de retiro de un medicamento para que no aparezca en los
controles post-carrera son claros y dan cierto margen. Las deudas se pagan
relativamente: los entrenadores se hacen sin mucho problema de un “asistente” para presentar los caballos a su cargo, que, en cambio,
no tienen esa suerte, no cuentan con pantallas
que corran por ellos, y así cumplen sus inhabilitaciones.
La versión 2020 de tres de las Carreras de las Estrellas puede ser
calificada de muchas maneras: triste, escandalosa, torpe, dolosa. Las
desclasificaciones de King Slew (Campanologist), 1° en el Classic en la pista,
tras confirmarse el uso de dispropilamina; Nixon Joy (Fortify), 2° Juvenile, por el mismo
compuesto que el anterior, y La Reliquia (Qué Vida Buena), 1ª en el Sprint por
hallarse clenbuterol. Ambos son vasodilatadores, mellaron el prestigio de la
serie de la Fundación Equina Argentina, ya que hubo controles pre-competencia,
y devaluaron a esos ejemplares y sus entrenadores. Sin contar los graves
perjuicios a los apostadores y la imposibilidad de los ganadores verdaderos de
tener su premiación y su foto.
En esta temporada no hubo manchas. King Slew y Nixon Joy, los caballos en infracción hace menos de un año, fueron llevados a los Estados Unidos para competir por cuenta de sus propietarios, San José de Ecuador, con tres decepcionantes colocaciones cada uno.
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