Foto Hapsa
El vértigo de siete clásicos en la reunión de Carreras de las Estrellas
deja a todos con la lengua afuera, cuando llega el Gran Premio Estrellas
Sprint-Copa Sr. Luis Villamil (G 1-
La yegua, su yegua, Queen Liz (Lizard Island), empezaba a dominar la carrera, y la voz de Raúl Pérez ya tapaba el relato que venía desde los parlantes. Gritaban varios en esos peldaños en los que suelen ubicarse los hombres y mujeres que en el stud y en el hipódromo cuidan de cada detalle para que un caballo llegue 10 puntos a ese momento. “Se llama Baracus”, revela Enrique Sauro, veterinario jefe del haras La Pasión y del stud Rubio B., y lo refirma Guzmán Marsiglia, el hombre que hace el trabajo que menos se ve y más se requiere en los escritorios de la caballeriza de Ricardo y Nicolás Benedicto.
Queen Liz, una máquina de juntar ganancias a los 6 años, con 10 triunfos y varios arrimes, se llevó en su 24ª actuación el Grupo 1 que anduvo merodeando cuando fue segunda de Strategos (Zensational), en el Féliz de Alzaga Unzué, y no hace mucho en pos de Fondo Tropical, en el Ciudad de Buenos Aires. “Estábamos buscando el Grupo 1 desde que fue segunda de Strategos”, confirma Nicolás Benedicto. Mientras el peón de la yegua (en la foto del pesaje, entre Ricardo Benedicto y Sauro) empezaba a alentarla, Francisco Gonçalves (“la montó cien veces y nunca la pudo correr”, se dijo en el pesaje) la llevaba de adentro hacia afuera (largó 2, quedó última en el sorteo y Daniel Bordón, que la presenta, no tuvo opción) y se puso cómoda desde la mitad del trayecto, para ganar por un cuerpo ante Luthier Blues (Le Blues), un joven caballo de 3 años que viene de Azul y ya sabe lo que es estar en una trifecta con la ganadora.
Por ahora, en La Pasión/Rubio B. aseguran que no hay planes para llevar a Queen Liz al haras y convertirla en madre. Y lo cierto es que después de semejante victoria no parece necesitar que la manden a cuarteles de invierno.
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