domingo, 8 de octubre de 2023

Sin bronca pero con desilusión: Doutor Sureño ganó el Latino con el mismo cuidador de Eu Tambem, héroe brasileño del Nacional 2006

 


La celebración de Jose Severo, de gran faena / Prensa San Isidro


Victorio Fornasaro volvió a festejar en la Argentina 17 años después y de nuevo con Ernani Buffolo, uno de los propietarios del caballo que en la prueba subcontinental alcanzó el 11° triunfo de Brasil en el historial y tercero en San Isidro


Fue una desilusión, no hay bronca. Lo de Doutor Sureño (Agnes Gold), fue categórico, irreprochable. El caballo brasileño que infundía respeto ganó el Longines Gran Premio Latinoamericano (G 1 2000 mporque fue el mejor de los catorce que salieron a la pista, sin necesitar que el desarrollo le diera un mano. Es cierto que Jose Severo lo trajo como si tuviera el GPS más orientado, para desplegar en la recta final una atropellada contundente, con mil cambios de mano como para afianzar el dominio del que se apropió a poco más de 300 metros de la raya.

Durante la semana, Fabricio Buffolo, veterinario y agente en Lexington, Kentucky, hijo de Enio y sobrino de Ernani, propietarios de Haras Moema, hablaba del respeto hacia los argentinos, mientras Doutor Sureño era hidratado con un suero para recuperarse de un largo viaje desde San Pablo. Luego, la preocupación fue por una herradura demasiado ajustada que demandó una corrección. Fabricio admitió que el caballo es algo delicado en sus cascos.  

Y Victorio Fornasaro, el entrenador, amplió, en el feliz podio del Latino: “Es un caballo muy especial. En el inicio de su campaña era muy genioso, después lo tranquilizamos y desde ese momento mostró todo su potencial”. El entrenador quiso poner de relieve que “Antonio fue muy gentil, nos pidió disculpas; reconoció que estaba un poco apretada la herradura”, refiriéndose al herrador de Doutor Sureño, que es un brasileño radicado en San Isidro. Luego, el mismo Antonio debió colocar una membrana entre la herradura y el casco para aliviarlo, y hielo. “Hoy ya estaba dando saltos”, dice Victorio a pura risa, para afirmar que estaba todo bien.

“Él  corre donde quiere”, continuó Fornasaro describiendo a al héroe del Latino. “Puede venir cerca o atrás, más sosegado. Le dije a su jockey que lo trajera tranquilo, donde lo sintiera mejor, y cuando entró en la recta, que lo sacó para afuera, pensé ‘va a ganar’”. Se ríe al recordarlo. “Tiene una aceleración muy fuerte y el jockey confía en él. Pasó sin lucha, no peleó con nadie”.

Sobre la manera en que trabajó para que este ganador del Grande Premio São Paulo (G 1-2400 m) se adaptara a los 2000 metros en poco tiempo con dos clásicos en Cidade Jardim-, volvió a elogiar las características de Doutor Sureño: “Él ayuda mucho; es muy sano, muy sereno. A los grandes caballos hay que mantenerlos”.

Uno ya había podido ver a Victorio sonriente unas horas antes, cuando entró en el hipódromo (pura casualidad); parecía estar disfrutando, además de trabajar, con la previa. “Estoy muy contento de estar en la Argentina. Ya estuve en 2006 para correr el Nacional con Eu Tambem (Wild Event)”. ¿Cómo olvidarlo, si ese día festejó el triunfo en nuestro Derby? El cuidador está acostumbrado a dar estos golpes en nuestros grandes premios, y en aquella ocasión no estaban en la gatera los ganadores de la Polla de Potrillos y el  Jockey Club, lo que aumentaba la incertidumbre.

Pero ayer estaba Irwin, el mejor caballo argentino, según la opinión de la mayoría. Favorito en el Latino, para más datos. Vino a la expectativa y entró en la recta con posibilidades dentro del abanico que lideraba el peruano Don Feres (Singe de Turf), pero esta vez Wilson Moreyra no pudo sacar lo mejor de él y lo pasaron de largo, hasta que recaló en el 9° puesto.

El argentino más destacado fue Natan (Señor Candy), 3° después de intentar mejorar junto a los palos en el derecho. No se vio que tuviera ningún tropiezo importante, sólo que, en un área congestionada, Adrián Giannetti trató de seguir por dentro y se topó con Don Feres, que finalmente resultó 2°, aventajándolo con luz.

“Quiero agradecer a muchos argentinos que fueron amables con nosotros”, enfatiza Fornasaro, que volvió a competir aquí dos veces luego de triunfar con Eu Tambem, sin  suerte. “Pero ahora teníamos fe en que podríamos ganar por segunda vez aquí”, confesó.










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