El entrenador reconoció que todo lo que sucedió con el héroe del Carlos Pellegrini "es de su dueño", Carlos Felice, y el equipo de la caballeriza Hs. El Ángel de Venecia, y que ninguno de los "buenísimos" caballos que preparó tiene el corazón del hijo de Campanologist
La paleta de colores de la jornada del Gran Premio Carlos Pellegrini (G
1-
Para ser la despedida, el caballo viejo y cansado por el trajín de
carreras y viajes se esmeró como nunca. En otro plano, diferente al de los
finales épicos que dirimieron luchas agudas por márgenes milimétricos, Village
King fue una bala imparable en la recta, cuando desde el tercer puesto atacó al
puntero Sandino Ruler (Roman Ruler) y lo superó en los 400, para establecer
nueve cuerpos sobre Miriñaque (Hurricane Cat), que vino a la expectativa y atropelló
con furia pero sin acercarse el ganador. Sandino Ruler, a tres cuartos de
cuerpo, terminó tercero.
¿Viejos, agotados? Los tres mosqueteros trasladados a Montevideo para
correr el Latinoamericano el 24 de octubre completaron el podio del Pellegrini,
con el toque inefable que le da Miriñaque: entre ese clásico y el de San Isidro,
el tordillo de Parque Patricios fue a La Plata y quedó segundo en el Dardo Rocha.
Cuarto, el uruguayo Athelsta (Midas Touch) quedó a media cabeza del 3° luego de
largar desde el partidor 19, el más externo, y arremeter desde el último puesto.
Quinto, Pelo Platinado (Cima de Triomphe), que corrió sólo tres veces –ganó el
Clásico de a Provincia de Buenos Aires- y acrecienta la expectativa para la próxima
temporada.
A Martín Valle, el jockey que acaba de ser contratado por Hs. El Ángel de Venecia, sólo se lo instruyó sobre que corriera como lo hace siempre Village King, al que vio en videos y tal vez como rival. “Desde el primer momento que lo monté se portó bárbaro conmigo, decían que era un caballo complicado… Me faltaba ganar un Grupo 1 y qué mejor que el Pellegrini”.
El caballo que sorprende a su cuidador
Quién le podría discutir una opinión. Sólo un grupo de allegados que
sabe de carreras, porque el margen romántico de darle otra oportunidad al
caballo que dio tanto sí lo tiene cada propietario. “Esta vez, lo notaba peor
que para el Latino, y corrió espectacular. Tene un corazón increíble. En el
Pellegrini corrió como siempre, no perdió un milímetro de su nivel”.
El preparador, que ya había ganado dos veces la carrera magna de la
Argentina, con Fire Wall (2004) y Life of Victory (2011), dos fenomenales hijos
de Incurable Optimist del stud El Gusy, no duda: “Tuve buenísimos caballos pero ninguno con este
corazón; los finales que ganó… y ésta fue la más fácil, justo cuando yo no lo
quería correr. Será que se enteró de que dije que iba a ser su última carrera y
me contestó, ‘bueno, doy todo acá’. Todos los días se aprende”.
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