lunes, 29 de noviembre de 2021

Miguel Cafere sabe de fondistas y con Galán Galés, en el Clásico Mineral, ofreció otra demostración

(Hapsa)


El entrenador, que tiene la escuela de los Etchechoury y de Guillermo Frankel Santillán, tuvo a su cargo a Calidoscopio antes de su triunfo en la Breeders' Cup, por caso, y ahora el stud Mamina aprovecha su experiencia


Miguel Cafere sabe de caballos de carrera. Uno pudo tomar nota hace muchos años, más de veinte, cuando tenía una parte en alguna propiedad bien repartida, con uno de esos sangre pura a los que no se les encontraba la vuelta y él, en el vareo, arriesgó una opinión que con el tiempo le dio la razón. Una palabra que nunca debe subestimarse por venir de un jockey. Y se comprobó más tarde, a miles de kilómetros de aquí, cuando formó parte del equipo que estuvo día y noche con Calidoscopio (Luhuk), como cabeza de una “trifecta” que completaban Mario Londaitz como galopador y Andrés Torres como peón. Ya se sabe, ese caballo increíble luego ganó la Breeders’ Cup Marathon (G 2), en Santa Anita, y el trío, al mando de Guillermo Frenkel Santillán y Mike Puype –puso su organización y su stud a disposición- se radicó dos meses en California para que Calidoscopio se aclimatara.

Por eso debe ser difícil discutirle la preparación o la estrategia a aplicar en un fondista. Menos cuando puede subirse y tener la sensación de primera mano. Hace un año, Miguel firmó un contrato con el stud Mamina, al que le entrena unos 60 ejemplares. Entre ellos, Galán Galés (Expressive Halo), ganador del Clásico Mineral (L-2500 m), de 5 años, que logró la más importante de sus cinco victorias, esta vez en Palermo.

Dio la impresión de que Galán Galés llegó al disco a tiempo, porque luego de mantener un match algo light con el puntero Remen (Galicado) hasta las puertas de la recta final, dominó y sacó más de dos cuerpos de ventaja, pero su rival tuvo una reacción y se acercó hasta un largo y medio en el disco, para sostener la segunda posición ante Don Centurión (Cityscape). Minutos después, el entrenador se prestó al diálogo.

-Se aguantó al final. ¿Pensaste que estaba definida un rato antes?

-Lo que pasa es que el caballo se para cuando se siente solo, ya nos pasó. (Juan Cruz) Villagra dice que parece que tiene más pero cuando lo pone queda ahí, como le pasó antes [por caso, perdió por media cabeza en el Clásico Calidoscopio –justamente-]. Estamos conformes. Lo que lo favorece es la distancia. A fines de diciembre tiene otro clásico de Grupo 3 –el Ayacucho- que antes era de Grupo 2, y es en el mismo tiro que ahora.

-Es un buen momento del stud Mamina. Es el único para el que trabajás ¿no?

-Sí. Carlos Domingo les cuida en La Plata y la verdad es que nosotros no tenemos tantos boxes, por eso le mandamos a Martín Garrido. Ahora tengo 60 caballos.

Las cuestiones de fondo no son un secreto para Miguel Cafere, que acredita una foja para respetar en el asunto.









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