viernes, 3 de septiembre de 2021

Juan Franco Saldivia: la autocrítica del alumno de Roberto Pallegatta antes de ir en busca del primer triunfo propio en las Pollas

 

Irwin, en el aire en su victoria del Clásico Miguel Cané                                                                         Hapsa


Con la caballada que atiende personalmente, el entrenador, que eligió seguir en el equipo de su maestro, afronta su momento más trascendente con el potrillo Irwin y la potranca Carta Embrujada   



Si fuera sólo por las razones que Juan Franco Saldivia ofrece para respaldar su confianza en Irwin (Seek Again), en el Gran Premio Polla de Potrillos (G 1-1600 m), y de Carta Embrujada (Storm Embrujado), en el Gran Premio Polla de Potrillos (G 1-1600 m), sin conocer los desempeños de cada uno en las carreras previas, sería una muestra de esperanza más de las que se escuchan ante un gran acontecimiento. Hay un poder de autocrítica sobre determinadas carreras de esos dos ejemplares que vuelve más creíble a este entrenador de 33 años. Y a las chances de ambos.

“Irwin está bien”, empieza con el potrillo asomando por la puerta de su box en el stud Arcángel, en la villa hípica de Palermo, que hospeda como inquilino al defensor de Volver al Futuro. “Viene de ganar disparando el Cané al de Mayansky Neer [Storefront]”, agrega como muestra de lo tranquilo que lo había dejado esa victoria y explica: “Reprisó en las Estrellas un poquito falto, porque era un clásico que queríamos correr; había tenido un esfuerzo en un nudo por pisar mal en el pasto, en el Chevalier –lo ganó, en San Isidro-, que no era grave, como si fuera una torcedura de tobillo en el humano; se le hicieron estudios, no tenía nada pero no podíamos seguir y nos obligó a darle un pequeño descanso y empezar de nuevo desde el trote. Y para el Juvenile llegamos con 7 u 8 puntos pero se mandó una carrera bárbara, llegando un cuerpo y medio de Fiel Amigo. Entonces sí llegó al Cané con los 10 puntos y fue una sensación espectacular. Bueno, hoy está como aquella vez, sano, lindo, pero maduro, más hecho caballo, más manso, es parejero, dócil, fácil para todo, incluso el vareo.

-¿Cómo lo vamos a ver en el desarrollo?

-Tuve la chance de elegir una gatera interna, para correr cerca. Si se hace ligera no vamos a tener problemas en venir de atrás pero si se hace lenta irá adelante o segundo. Son pocos caballos y él es muy versátil. [William] Pereyra lo montó hoy [el jueves 2] en la cancha grande, tendió liviano y lo encontró bien.

Después del debut en el césped con un segundo puesto, en febrero, Irwin fue trasladado desde el stud de José Lofiego. “Pepe lo dejó en un estado espectacular, bien, lindo, y andaba bárbaro, nos sorprendió en la cancha a la mañana. Por eso decidimos correr el Chevalier como perdedor y le tocó ganar, y en el Cané, reprisando, estuvo cerca del récord”. Un antecedente de Juan Franco en la Polla de Potrillos es ganando con American Tattoo (Not For Sale), en 2018, como asistente de Roberto Pellegatta. “Me delegó mucho por la pandemia, no quería estar tanto tiempo en el stud por algún problema en los bronquios; venía dos veces por semana y ahora sigue todo desde la oficial. Yo me hice cargo de atender los caballos cuando había un solo peón de cinco, por los cuidados que había que tener, les dimos libertad a los que querían trabajar. Yo quería estar. Me da libertad para las decisiones pero por supuesto le consulto todo, es un equipo, así que hasta que no me eche pienso seguir con él (se ríe)”.

 

Carta Embrujada: un cambio para buscar desquite

 El dato detrás de Carta Embrujada es distinto que el de Irwin, pues le toca demostrar que un cambio en el vareo de la yegua va a funcionar: “Nos quedó un sabor amargo cuando perdió por la cabeza el Estrellas Juvenile Fillies, por lo bien que andaba y lo bien que había ganado el Atucha. Acá, en los mil [señala el codo que empieza en el viaducto, sobre el opuesto de Palermo] ya la acción de ella no era la que conocemos de las dos veces que ganó en el césped y aquí, venía estirada. Creo que nos equivocamos en el esfuerzo que le pedimos previo a ese clásico y parece que no era lo que a ella le gustaba. Igualmente perdió peleando y si nos hubiera tocado ganar habríamos pensado lo mismo por la forma en que venía”, admite Saldivia, serió, autocrítico. “Ahora hicimos un ejercicio entre corrida y floreo y la partida final la hizo sola, sin ponerle a la par, sin pedirle demasiado salvo en lo últimos 200 para ver cómo la encontraba Juan [Noriega] y llega bárbaro”.

Un detalle que puede pasar inadvertido para el ojo desprevenido, sobre todo cuando la diferencia es tan exigua, de apenas la cabeza. Pero es la diferencia entre ganar y quedar segundo. “Roberto marca mucho eso de ver los desarrollos, las manos y las patas, por eso uno los conoce bien y puede interpretar lo que le pasó el día de la carrera”, cuenta Juan. El resultado se verá mañana, en Palermo. El comienzo de la Triple Corona no admite improvisaciones.





EL VALOR DE TETAZE






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