viernes, 9 de agosto de 2024

Colifato Novo, Parfait Amour, Painter y Frankel: el hilo que se enhebra allí donde las comparaciones no pueden meter la cola



La gran lección que Colifato Novo y Joaquín Cano dieron en las Dos Mil Guineas 



El enorme ganador de las Dos Mil Guineas; la potranca uruguaya que sorprendió primero y se consagró después, hace 30 años; el formidable potrillo que llegó con la lengua afuera a la milla pero terminó invicto, y el extraordinario hijo de Galileo, demuestran que 1600 metros no es un límite para trascender   


Los grandes sabios del turf -es decir, todos los burreros- saben de fierros, batacazos y ganadores casuales, entre otras mil cosas que usan para desentrañar una carrera. Algunas cuestiones son perjuicios, cómo no. Por ejemplo, bajarle el precio a ciertos triunfos por lo relativos que son, dadas las circunstancias en que se concretaron. Colifato Novo debió ser favorito en el Gran Premio Dos Mil Guineas (G 1), en San Isidro, pero un cóctel de circunstancias le restaba sabor: nació en una quinta en Coronel Charlone, Provincia de Buenos Aires, en el Haras Lomas del Meridiano, en el límite con Córdoba, cerca de Buchardo, como lo cuenta Maximiliano Conti, su criador, que dice no poder creer que ha competido con jockeys, cuidadores, criadores y propietarios como los de las Estrellas, el primer Grupo 1 de Conti, y las Guineas, como le contó a Adrián Domínguez en InfoTurf. Vito, su hijo, fue quien bautizó al descendiente de Lenovo, padrillo que había sido un velocista destacado.

El jeque Mohammed, de Dubai, suele decir que un crack nace en cualquier parte. 

Afincado en Villa Mercedes, San Luis, Colifato Novo defiende la chaquetilla de El Ranquel (La Punta) y Joaquín Cano es su jockey, entrenador y vareador. Ganó el Juvenile (G 1) de punta a punta pero eso no terminaba de convencer a una cátedra que no sólo esperaba que aquello fuera efímero sino que además confiaba en que esta vez el potrillo no llegaría al mismo resultado porque todos sabían ya que no había que dejarlo hacer en la punta.

El resultado es conocido Colifato Novo volvió a contener a Academus (2°) y Acento Final (3°) Y por un margen más amplio.

Hace 31 años, Parfait Amour, una potranca de 2 años, cruzó el Río de La Plata y ganó el Gran Premio Saturnino J. Unzué (G 1-1200 m), en Palermo, con Pablo Falero en la montura y en un contexto anómalo: una epizootia de influenza equina diezmó las carreras de esa jornada y la hija de Link (Lyphard) venció a sólo dos rivales, Medida (El Asesor) y Kilométrica (Portlaw). Y no es un juego de palabras. 

Casi un mes después, sin tos, la actividad estaba en franca recuperación y en otro Grupo 1, el Eliseo Ramírez, en San Isidro, la pupila de Eduardo Croza dio espectáculo al imponerse por siete cuerpos a Tizna (Bid Us), una potranca de Vacación, de nuevo con Pablo Falero en la silla (no era aún la monta oficial del por entonces stud de los Lottero). El comentario de este mismo cronista en La Nación reflejaba cierta perplejidad general en el hipódromo ante aquella nueva victoria de Parfait Amour –de los entendidos, no de los apostadores-, que volvería al triunfo en el Jorge de Atucha (G 1) y el Estrellas Juvenile Fillies (G 1) y fue 6ª en su última actuación, en las 1000 Guineas (G 1), luego de la cual fue exportada a Japón.

Nacida en el haras Los Apamates, de Uruguay, y propiedad de la caballeriza El Apolo, de Carlos Desia y Álvaro Ghio, sufrió una lesión y no pudo competir para su nuevo dueño, Hiroyoshi Usuda,  salvo en las 1000 Guineas aquí.

 

La Triple Corona llama a Colifato Novo pero…

Colifato Novo tiene el desafío posible de la Polla de Potrillos (G 1-1600 m) en la arena de Palermo, una superficie desconocida para él, que según los que saben puede desgastar a los punteros más que el pasto. Uno recuerda la imagen de Painter (Robin des Bois), el mejor 2 años de 1999. Llegó invicto al Juvenile de ese año tras arrasar con los clásicos Palermo y San Isidro con su voracidad de puntero y ganó, sí, pero en uno de los desenlaces más dramáticos que se recuerden: medio pescuezo cantó el photochart entre Painter, que corría por primera vez en 1600 metros, y El Baile (Algenib), que atropelló sobre un puntero agotado, que llevó a Edwin Talaverano en la silla, en un final entre los hermanos Carly y Dany etchechoury, entrenadores de ganador y escolta, respectivamente.

En 2011, cuando el incríble Frankel (Galileo) abandonaba la tentación de la Triple Corona inglesa después de ganar la primera gema, las 2000 Guineas en Newmarket, la decisión del propietario, Khalid Abdullah, dueño de Juddmonte, y el entrenador Sir Henry Cecil –ambos fallecidos- dejaba cierta desilusión por no ver consagrarse al crack, al  menos en el Epsom Derby (G 1-2400 m). La opción fue correr el St James’s Palace Stakes (G 1-1600 m).

Frankel fue retirado invicto tras completar 14 victorias, 10 de Grupo 1, todas en Gran Bretaña, y sólo en las dos últimas se apartó de la milla, para imponerse también en 2400 y 2500 metros, quizá para diversificar su alcance como reproductor. Hoy es considerado el mejor padrillo de Europa.

No hay dos caballos iguales ni comparaciones posibles. Lo mejor de todo es que Colifato Novo es un aguerrido potrillo y hay que hay que seguir disfrutándolo, sin más.   


La última victoria de Pafait Amour













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