Para Federico Piriz taambién fue el segundo festejo en Palermo / Prensa Palermo |
El propietario de la notable velocista aseguró que la pista de Palermo le gusta más que la de Maroñas, tras su victoria en el Clásico Venezuela (G 2), que se suma a la del Ciudad de Buenos Aires (G 1), donde venció a Labrado en mayo y anunció que no correrá el Maipú (G 1) el mes que viene; Che Maga fue su escolta a un cuerpo y medio
La fe de
los uruguayos tuvo este año dos muestras en las carreras como para que esa
mezcla de admiración y deseos de competir con los caballos argentinos siga
sumando capítulos como el de Girona Fever (Texas Fever) en el Clásico Venezuela
(G 2-
Sólo la cabeza
había establecido Girona Fever sobre Labrado, tras una problemática suelta y,
esta vez, Che Maga salió un poco a la derecha y ambas yeguas se rozaron apenas.
Fue el momento que más cerca de Girona Fever estuvo la defensora de Chemecó. La
yegua uruguaya fue líder desde ahí hasta el disco, que cruzó sin ser exigida en
el cierre. La pregunta de todos para los allegados al stud Uruimporta, en la
zona de la premiación, fue sobre si la campeona oriental estará en el Gran
Premio Maipú (G 1-
“Venimos
por la gloria”, explica Luis Herrera, propietario de Girona Fever, respecto de
aquello de cruzar el charco para competir. “A ella le encanta esta cancha; en
Maroñas tropieza, porque es una arena más suelta”. Una pena, entonces que no
esté en el Maipú, como anuncia Herrera. “Lo que pasa es que estuvo cinco meses
sin competir –volvió el 1 de este mes con un triunfo en el escenario de Montevideo-
y reapareció con 6 o 7 puntos; acá llegó con 8 o 9.
“Federico
Piriz [el jockey] decía que la veía mejor que el 1° de mayo, más contenta”.
Otro Federico, Spangerberg interrumpe el diálogo con el cronista como tantos
otros. El gerente de Palermo pidió disculpas por eso y el propietario aprovechó
para agradecerle por lo bien que lo atendieron y resaltar que la yegua estuvo
en el mismo box que en mayo.
“Le teníamos
mucha confianza a Girona”, continúa Herrera. “El jockey la sintió más cómoda, más
suelta, más contenta. Correr en Palermo frente a Labrado o a Che Maga significa
el nivel máximo y hay que estar 10 u 11 puntos. La única duda era ese lapso sin
correr”. Hubo una operación quirúrgica en la garganta y luego un desgarro que
la tuvieron inactiva después de ganar el Ciudad de Buenos Aires (G 1).
Piriz, en
tanto, aseguró: “La yegua fue mejorando y aunque no estaba 10 puntos como
siempre le alcanzó para llegar bien. Acá se transformó”. Sobre la carrera,
explicó que se dio como la esperaba. “Largó bien; la idea era evitar
contratiempos, vigilar dónde venía la rival –Che Maga- y de los 200 al disco
que ganara la mejor”. Piriz cuenta que los cañones apuntan ahora al Gran Premio
Maroñas (G 2-
Piriz, que pidió
si se le conseguía un ejemplar de Palermo Rosa, en cuya tapa está Girona Fever ganando
con su conducción el Grupo 1 de mayo, y Herrera, reflejan el orgullo que
sienten por ganar clásicos en la Argentina. Y el dueño de Girona Fever agrega: “Salir
en la tapa de Revista Palermo es un recuerdo para siempre”.
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