Don Empeño, alguna vez elegido como el caballo mejor presentado en un Grupo 1 de San Isidro pero quedó segundo en la pista, ahora cubrió los dos planos en el Gran Premio Joaquín V. González, la carrera máxima en la milla del Bosque, que obtuvo por segunda vez
Con William Pereyra, Don Empeño ganó tres de cuatro, todas en el Sur / Prensa Hipódromo de La Plata |
Está bien, Don Empeño no fue el primero ni será el último que se impone
desde la redonda de un clásico hasta el disco, pero a uno lo pone contento que
el caballo más lindo se quede también con el primer puesto. El latiguillo “esto
no es un concurso de belleza”, que se escucha a veces como respuesta a “qué
lindo caballo” o “es el más lindo” en la previa, el paseo o el cánter, contrapunto
tan típico de las carreras, no tiene lugar con el hijo de Exchange Rate, que
después del “concurso” se llevó por segunda vez el Gran Premio Joaquín V.
González (G 1-
“Muchos Grupo 1 en la milla no
hay, estábamos esperando este”, analiza Carlos Daniel Etchechoury, el
entrenador del zaino. “Es un caballazo, muy fácil de mantener, es buen comilón,
de buen carácter, en la cancha hace lo que le pedís, te ayuda todo el tiempo y
más ahora que es un caballo adulto, no siente tanto las carreras, está más
profesional”, se deshace en elogios Dany, cuando se le consulta sobre el
trabajo en la caballeriza.
-Esta vez fue muy contundente, le encanta esta pista, un poco por la recta corta, se adaptó muy bien al codo, repite las carreras aquí; larga un poco frío, después se va poniendo y esta vez le fueron a pelear la punta”. Go Chrome Go (California Chrome) fue ese rival que le discutió la punta a Don Empeño hasta el comienzo de la recta final y aguantó el segundo puesto desde lejos, por ocho cuerpos.
Etchechoury también le tomó la mano al trazado y al Joaquín V. González
con caballos de San Benito: la segunda victoria de Don Empeño coincidió con los
veinte años de la que alcanzó de Don Cartero (Lode), con Jorge Valdivieso, y
Dany, claro.
Andrés Basombrio, propietario y cabañero, había adelantado a Turf Class que le gustaría mantener a
Don Empeño como padrillo, aunque no en San Benito. “Se lo han pedido varios,
–cuenta Dany-, sé que están detrás de él hace tiempo. Seguramente el futuro de
Don Empeño estará en un haras”.
El criador no estuvo en el hipódromo, pero su hija Manuela sí, como
siempre, y aunque le escapa a las entrevistas, esta vez tuvo que aceptarlas.
“Es un caballo que me provoca mucha emoción. Es noble, nos ha dado mucho, en el
stud lo queremos un montón. Verlo ganar así nos pone felices”. Manuela muestra
lo que es difícil de transmitir en el turf de padres a hijos: “Mi papá me
inculcó su pasión; en la pista está todo el trabajo del haras también y una
categoría o un clásico significan mucho para nosotros; somos afortunados por el
equipo que tenemos, es un grupo muy unido, es mucha la gente que trabaja y a la
que estamos agradecidos siempre”.
Allí está la razón del éxito de Don Empeño, en la pista y en el “desfile”. Hace un mes, había sido elegido como el caballo mejor presentado en el Gran Premio San Isidro (G 1) y en la carrera quedó segundo de Bamb Craf (Mastercrafstman). Esta vez, como hace muchos años pasó con el brillante Fain (Dancing Moss), el “cuadro” cruzó primero.
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