La yegua argentina terminó segunda por el hocico en la Breeders' Cup Distaff, ante las mejores del mundo en pista de arena, en un espectacular final que tuvo en vilo a los más de 40.000 asistentes a Keeneland; Ivar fue cuarto en la Mile, en otro desempeño descomunal
El último acorde de un concierto de violines / Shamela Hanley/Eclipse Sportswire/Breeders Cup |
Blue Stripe
e Ivar hicieron la carrera de sus vidas en el Breeders’ Cup Distaff (G 1-
El contexto del festival de carreras más popular y uno de los de más prestigio en el mundo; los rivales, que son de lo mejor; el hipódromo en el que todos parecen visitantes si no se entrenan allí cada día, todo eso hace descomunales las performances de los dos, sobre todo la de Blue Stripe, a la que le faltó un hocico para la hazaña, vencida por Malathaat (Curlin) cuando parecía que la tenía, aunque conservando por el mismo margen la posición de escolta ante Clairiere (Curlin). Pero como nos acostumbraron a grandes carreras, incluso con un Grupo 1 ganado en los Estados Unidos ambos, a veces se soslaya o se olvida lo difícil del medio en que se compite.
“Yo quedé contento, emocionado”, dice Héctor Berríos, el mismo que en una entrevista en Revista Palermo dijo, después de ganar el Clement Hirsch (G 1), en Del Mar: “Lo que hice en tres semanas aquí no lo hice en cuatro años en Florida”. Se refería a los llamados que atendió en California, las solicitudes para darle montas. Ese traslado del Este al Oeste de los Estados Unidos lo disparó Blue Stripe, que el sábado casi le da el gran triunfo que “vio difícil”, dijo, al espiar a Malathaat ya en la meta.
También Polanco vio fortalecido su legajo, porque después del Distaff
2021, en el que Blue Stripe terminó séptima, le dio un descanso, la preparó y la
devolvió a la competencia casi seis meses después, cuando ganó el Santa
Margarita Stakes (G 2), en Santa Anita Park. “Antes de llegar aquí –a Lexington-
la yegua estaba trabajando bien y en las dos semanas que estuvimos siempre
estuvo muy bien”, dice el entrenador, de un trabajo silencioso pero bien
notable en el momento de competir.
-¿El desarrollo se dio como querías?
-Sí, habíamos
planeado con Héctor traerla más cerca, no dar ventajas a las rivales y luego
darle un respiro en el otro lado –el final del opuesto-; salió así. Tito [Berríos]
lo hizo también.
-Él estaba muy amargado apenas se bajó, pero no
lo noté descorazonado.
-El segundo
es el primer loser –sonríe-, pero
estamos contentos.
Marcelo dijo también que espera que tras Blue Stripe sigan viniendo
caballos a sus establos de California. “Ha sido maravillosa”, describió a la
yegua criada en La Manija. Y cuando llegaron cronistas norteamericanos a
preguntarle si estaba desilusionado, en medio de la pista aún, les dijo que “para
nada, este es el campeonato del mundo”.
Esta tarde, Blue Stripe saldrá al ring en la venta de stock de Fasig
Tipton Kentucky, con el número 316. Si Pozo de Luna, que aquí está con su cúpula
completa, el propietario Cerrillo y el director Fernando Fantini, pone una
reserva que no es alcanzada en las ofertas volvería al entrenamiento.
[Dato al margen pero muy pertinente. La foto de esta página, que proporciona Breeders' Cup y obtuvo Shamela Hanley, merece un poema, más que un epígrafe. John Velazquez (Malathaat) es el 1; Héctor Berríos (Blue Stripe) está en el medio y Joel Rosario (Clairiere) por los palos. Tres violinistas en el último acorde de un gran concierto].
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