Los propietarios del invicto que lleva a Wilson Moreyra en las riendas van por su segundo título de Mejor Velocista luego del que consiguieron en 2019 con Springdom, otro prodigio criado en el haras El Paraíso
El dueño de la recta, el que está destronando al gigante Luthier Blues / Gza. Gustavo Duprat |
El triunfo
de Labrado en el Gran Premio Suipacha (G 1-
Ambos hijos de Le Blues, nacidos en el haras El Paraíso, lograron
rivalizar nada menos que con el Jockey Club (G 1) en la expectativa de una
tarde excepcional en San Isidro. Labrado está 2-0 en el duelo con el
consagrado, que esta vez ni siquiera pudo escoltarlo y debió conformarse con
una 3ª colocación que sabe a muy poco, porque Rudy Trigger (Cosmic Trigger) se
metió en el medio en la definición y entró a un cuerpo y medio del ganador. Lo que no varió
en este cambio de manos de la corona de la velocidad es que los festejos siguen
siendo multitudinarios y expansivos. Lo fue con los allegados al stud Kirby’s,
de Azul, y lo es con los de Don Ariel, de Córdoba.
“Soy de Rosales, un pueblo del sur de Córdoba, de 500 habitantes, a
Los amigos tienen catorce caballos en training en tres studs, Don Ariel,
que es el de Panicheli; Fredi, el de Vitorelli, para el que corría Springdom (Sebi Halo, Mejor Velocista 2019) y
ahora Sutileza Halo, y Don Emilio, que es el de Cristian. “Entonces nuestros
caballos los podés ver con cualquiera de los tres colores”, explica Ariel. Uno
pregunta si Labrado no es de esos caballos que fundan caballerizas, que dibujan
chaquetillas. “Estamos pensando en que podríamos tener un stud nuestro, de los
tres” y sin solución de continuidad comienza a reconocer a los que ponen hombro,
como Don Luis Bonetto y su equipo. “Es el cuidador número uno de la historia
para mí”.
También Sergio Carezzana, en Río Cuarto, es un entrenador al que le confían
ejemplares los cordobeses. “Con él tenemos a Standout (Sebi Halo) que viene de
ganar 1600 en Palermo y perdió el Clásico San Jerónimo al hocico ante otro
caballo de Carezzana”, cuenta Panichelli,
y completa: “Tenemos caballos con dos de los mejores entrenadores del Interior,
Bonetto más para la corta y Sergio más en la distancia”.
Los propietarios de Labrado encontraron en el haras El Paraíso un trato
que excede el de un buen productor de caballos de carrera hacia sus clientes. Lo recalca Panichelli: “Le debemos mucho
de lo que tenemos a Patricio Duggan [encargado de la cabaña de Victoria y Pablo
Duggan]; nos orienta indicándonos cuál potrillo puede ir con Bonetto y cuál con
Carezzana y hasta ahora no le viene errando. Cuando compramos a Standout (Sebi
Halo) nos anticipó que sería para la larga y está corriendo
Hoy, el gran caballo de estos felices cordobeses es Labrado, el
velocista notable del que se hicieron dueños un poco por azar o quizá por uno
de esos avatares que se les presentan a los propietarios en una venta, y del
que resulta un fenómeno capaz de destronar al mejor.
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