Las imágenes, en la pista y en el Comisariato, hablan por sí solas
La Nación / Captura de TV |
Debió haber más festejos el sábado 15 de octubre en el hipódromo de San Isidro. Debió haber perdedores que aceptaran un fallo aunque estuvieran en desacuerdo y demostraran hidalguía en la derrota, y ganadores que celebraran como ameritaba el acontecimiento. Pero hubo un bochornoso espectáculo a cargo de los allegados al stud Mamina, que manifestaron aquella discrepancia con lo que había resuelto el Comisariato, una situación cotidiana, intentando ingresar en la casilla de jueces con una violencia que no se vio nunca en las carreras.
Los hechos en el Gran Premio Jockey Club (G 1-
Después, el vandalismo –ya estamos usando el vocablo demasiado seguido
en el turf-, los golpes de puño a los escasos policías que intentaron detener
la barbarie, los vidrios rotos, el fallido intento de derribar una puerta con
consecuencias inimaginables, atentó contra las carreras. Esos hombres descontrolados
–también había mujeres arengando en contra del Jockey Club-, no defendieron el
orgullo de Mamina como lo hizo El Musical en la cancha, ni siquiera como
Villagra, que se excedió en el ardor de la carrera y pasó un límite. Esa gente,
con el propietario a la vista de todos, estuvo a punto de desatar una tragedia
si el acero de una puerta cedía al instinto animal.
Los hipódromos del mundo son pioneros en el uso de imágenes televisivas
para “ratificar o rectificar” -como dicen los locutores aquí- un resultado. “Los
fallos de la Comisión de Carreras son inapelables”, reza el Reglamento General
de Carreras, que también apunta que “los reclamos por faltas, molestias,
inconvenientes etc., durante el desarrollo de una carrera, deberán ser
formulados ante el Comisariato”, que “se reunirá para considerar y resolver el
caso planteado”.
Además, indica: “La autoridad del Comisariato se extiende dentro de los
límites del Reglamento General de Carreras y a todas las personas que explícita
o implícitamente estén sometidas a aquel”, y que “por los hechos no previstos
en el Reglamento y cometidos en el Hipódromo por personas bajo su jurisdicción,
el Comisariato puede imponer las penas disciplinarias que juzgue del caso, dando
conocimiento del procedimiento a la Comisión de Carreras”.
Antes de finalizar la reunión hípica, la Comisión de Carreras decidió “suspender
provisionalmente al stud Mamina y a Diego Hernán García, Lidia Griselda
Makimoto y Ariel Fernando García mientras se sustancia un sumario, citándolos a
presentar un descargo por escrito dentro del plazo de tres días de notificados
de la presente resolución”.
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