La defensora de Carampangue "no es fácil", según Ignacio Pavlovsky, director de la caballeriza y haras de origen chileno y veterinario, después de la victoria de la yegua en el Clásico The Japan Racing Association (L), la más importante de las 5 en 10 salidas que acredita en su campaña
William Pereyra llevó siempre por fuera a Whisky Chaser, imparable en la recta final / Hapsa |
Nunca es
tarde cuando la dicha es buena, podría decirse después de la victoria de Whisky
Chaser (Orpen) en el Clásico The Japan Racing Association (L-1400 m-césped),
corrido en Palermo. A los 5 años, la defensora de Carampangue alcanzó su mejor
triunfo tras acomodarse -por fin- a las exigencias de la competencia con una
aptitud física acorde, gracias a la cual consiguió cuatro de sus cinco éxitos
este año.
Así, William Pereyra la trajo con confianza, algo abierta en la recta
opuesta y expectante, cerca de Lindaflor La Violeta (Most Improved) y Garota
Love (Cosmic Trigger), para entrar en el derecho decisivo por la línea más
elegida, a media cancha o más, atropellar y dominar a la generosa líder, la
potranca Lindaflor La Violeta, una gladiadora del proceso selectivo en el pasto
este año.
Ignacio Pavlovsky, director del stud de origen chileno que compite hace
muchos años en la Argentina, contó cómo fue el proceso para arribar a este momento:
“No es nada fácil esta yegua. Arrancó con Coco Bullrich -había sido el cuidador de la clásica Wiskola, madre de Whisky Chaseer- y tenía una muy mala
adaptación al training, corría una y bajaba varios kilos. Se la llevé a Luciano
Cerutti a La Plata y le dije que la mandaba al campo porque perdía 10 kilos en
cada carrera”. Whisky Chaser salió de perdedora pero en el siguiente intento
entró séptima. Y aunque más tarde obtuvo dos éxitos más, aquel déficit no se
había resuelto.
“Pensando en este clásico –continúa el veterinario- le pregunté a Luciano cuánto tiempo antes la necesitaba de vuelta y me dijo ‘dos meses’. Se la traje hace 60 días, reprisó en un clásico Listado en San Isidro, donde corrió muy bien –finalizó 3ª-, y ahora ganó. Tengo bastante química con Cerutti. Me gusta mucho cómo cuida”. Por lo que se vio el sábado, parece que Whisky Chaser entró en la etapa más fructífera de su campaña.
En el final de la charla con Pavlovsky se coló, inevitable, el tema de
Blue Stripe (Equal Stripes), la yegua que crió y que correrá con los colores de
Pozo de Luna en la inminente Breeders’ Cup Distaff (G 1), el 5 de noviembre, en
Keeneland. Cuando su hermana materna Blue Prize (Pure Prize) ganó ese mismo clásico
en 2019, el diario La Nación tituló con
una referencia a que en cada una de las cuatro victorias argentinas en la historia de ese clásico siempre hubo un
Ignacio Pavlovsky; su padre, el recordado Nacho, fue quien exportó junto con
Pepe León a Bayakoa, ganadora dos veces, y una con Paseana, y la última la de
este Nacho, criador en su haras La Manija.
“En una de esas lo empardo a Jaime Benedit, pero con dos yeguas distintas”, dice sobre quien crió a Bayakoa. Para que la virtuosa cadena argentina que une con el célebre clásico para yeguas tenga un eslabón más.
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