lunes, 27 de junio de 2022

Marcelo Sueldo diagramó una campaña para la resurrección de Malibu Spring, que respondió con el triunfo en el Estrellas Mile


El caballo del stud El Irlandés, criado en Vikeda, había corrido dos veces desde 2020 a abril de este año por una fisura en un sesamoide y la distensión del tendón, pero volvió y en poco más de dos meses ganó por amplio margen cuatro veces, la última en la serie de la FEAR 
 


Con William Pereyra debutando en sus riendas, el hijo de Greenspring fue contundente (Hapsa)


 

En cierto modo, no hubo sorpresas en el Estrellas Mile (G 1-1600 m), cuando Malibu Spring (Greenspring) apareció por el medio de la cancha de Palermo y pasó al frente en la recta, con William Pereyra, su jockey, espiando por dónde venía Chanta Joy (Fortify), que finalmente cambió para adentro su avance y terminó segundo a cinco cuerpos. Había ganado el caballo grandote de 4 años, que hasta abril tenía solo dos actuaciones y desde ese momento enhebró cuatro victorias, de menor a mayor en las dificultades, pero siempre por amplio margen.

  El que perseveró para el regreso del caballo del stud El Irlandés; el que diagramó esa campaña de resurrección, fue Marcelo Sueldo, el entrenador, con la venia de Matías Kehoe Wilson, criador y propietario. Desde septiembre de 2020, en el debut triunfal, hasta ahora mismo, Malibu Spring es sometido a cuidados que pocos caballos disfrutan en una caballeriza. Para Sueldo tampoco fue una sorpresa la definición del sábado 25.

  “No lo fue porque por primera vez el caballo llegaba 10 puntos a una carrera. Primero reprisó con una partida corta -13 de abril-, para correr 1200; después, con esa carrera ganó en 1400 -4 de mayo- y con esta fue a la milla -27 de mayo, Clásico 25 de Mayo de 1810 (G 2), en La Plata-. El caballo tiene sus problemas y uno no lo puede entrenar, se tiene que preparar con la competencia. Hoy, llegaba con la partida que tenía que tener, con el trabajo que tenía que tener, por eso no me sorprendió cómo ganó”.




  Malibu Spring nunca va a sentir la montura en las mañanas de ensayos, ese contacto que les avisa a los caballos que la cosa va en serio, que habrá que medir bien para que la ceremonia se repita alguna tarde, en el hipódromo.

  “La gente que me conoce sabe que cuando decía que no podía perder no lo decía por decir. Y el caballo salió favorito, así que el burrero [todos nosotros] de tonto no tiene nada [eso algunos de nosotros]”, apunta Marcelo, y confiaba en que su caballo iba a poder con Chanta Joy, aunque es ganador de Grupo 1, y con la buena yegua que es Siempre en Mi Mente (Equal Stripes).

-¿Y ahora?

-Vamos a seguir en la milla de arena. No puede ir al césped por sus problemas en los nudos.

-No es milagroso pero…

-Es el trabajo del peón, Daniel Zarza, del capataz, el veterinario y es todos los días. Esta mañana –sábado- caminó y de vuelta le pusieron la bolsa de hielo. Es mucha la gente que se ocupa.














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