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El jockey cordobés ganó por primera vez el clásico de Palermo para hembras por una ventaja tan grande, gracias a la yegua de La Leyenda, que el festejo en el disco pudo prolongarse
Desde que
uno lo conoce, Juan Carlos Noriega tiene un par de frases de cabecera, al menos
cunado dialoga con un cronista. Siempre y aún hoy, dice que la carrera la ganó
el caballo, no imorta si fue un final apretado o cómodo, y cuando pierde,
“lástima el que iba arriba”. Pero Chupino sabe que a los 47 años hay que estar
a la par de los chicos que vienen y se reinventa hasta en el gesto al cruzar el
disco clásico, donde el ademán de la Mona Jiménez ya no es el único que sale de
su mano derecha. En la espectacular demostración de Carta Embrujada (Storm
Embrujado) en la Polla de Potrancas (G 1-
“Hice el gesto por Q’ Lokura, un grupo de cuarteto de Córdoba, amigos
míos, son bárbaros. Les dediqué el triunfo a ellos (explica cómo es el gesto y lo hace, rotando la muñeca, los dedos como
garra)”, cuenta después de la centésima entrevista en el podio de Palermo. Y
recomienda googlearlo. Ahí va: https://youtu.be/ovbXk1i396g
“Lo del mérito de los caballos y mío es un poco así. Hoy me llevó la
yegua, no hice nada raro, sólo lo que tenía que hacer. Roberto [Pellegatta] y
Juan [Saldivia] le cambiaron un poco el entrenamiento, la tuvieron más aliviada
y parece que es lo que ella quería. Para las Estrellas le pusieron unos apareos
bravos, porque el día del Atucha había largado para afuera, estaba inmadura –menos
mal, ganó por cuatro cuerpos- y al ser una potranca de 2 años lo sintió, por
eso el cambio. Todas las cosas son por algo. Ganó fenómeno ahora, dejó una impresión
bárbara.
-Nos contaba Juan Saldivia que el día de las Estrellas
la vio con una acción distinta ya en los 1000.
-Sí, venía
bastante estirada y hoy por los mil ya era ganadora, la venía parando; hizo
todo muy fácil, ganó espectacular, me trajo toda la vuelta y ganó muy bien.
-¿Y ahora? No hay muchas opciones para evaluar.
-Supongo
que haremos lo mismo que en 2018, cuando ganamos la Polla y el Selección con
Summer Love (Freud), que era una yegua puntera, tenía mucha velocidad y a ésta
se la puede contemplar un poco más.
-¿Carta Embrujada se parece a alguna otra de
las buenas que corriste? (Hay que aprovechar cuando un jockey compara).
-Comparar a
veces es difícil e injusto. Por las grandes condiciones que tiene ponele que podría ser
como Potra Fabulous [hija de Potrillón ganadora del Estrellas Distaff]. Hay muchas otras, ahora me sale esa.
A veces los cronistas proponen juegos y saca partido de los años de
relación, las entrevistas, la disposición de los jockeys, por caso, para correr
en Fustas de América, un emprendimiento que siempre necesitaba de la buen
voluntad de los protagonistas que se perdían montas los fines de semana aquí,
cuando tocaba una etapa en Chile, Brasil o Perú. Juan fue una de las “víctimas”
del ese asedio y uno agradece.
Pasa un jockey tras hacer su pesaje cerca del podio de Palermo con una chaquetilla de las muchas que atienden
Pellegatta/Saldivia, y que supo vestir Noriega. ¿Trabaja Juan con
caballos de stud que no monta en carrera?, surge el interrogante, espontáneo. “Si
me lo piden Roberto o Juan trabajo con el que sea para darle una mano, para eso
estamos. Hace 28 o 29 años que le corro a Pela y “seguiremos ahí hasta que la
muerte nos separe”, se ríe. "O hasta que él se retire y me retire yo".
La mueca en esa sonrisa medio socarrona y bien mediterránea aparece en
la cara del cordobés de El Crispín. Ya en 2000, el binomio de Pela y Juan
celebró por ejemplo en la Polla de Potrillos con City West, aquel hijo de Candy
Stripes que repitió en el Jockey Club y quedó a cuatro cuerpos de la Triple
Corona en el Nacional, un margen por el que lo superó su hermano paterno Tapatío,
con la monta de Fabián Rivero. Ahora, el nuevo prodigio se llama Carta
Embrujada, con los mismos colores de Summer Love. Hasta el fin de semana
pasado, eran los únicos antecedentes de Juan Carlos Noriega en el arranque de
la Triple Corona.
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