Iron Rob empezó a correr en 2015, cambió de dueños y de entrenador varias veces y no baja la guardia en el año en que su padre dio al ganador del Preakness
El Kretz Racing, del matrimonio Juliana & Rustin Kretz, fue el primer propietario de Iron Rob (Twirling Candy), un caballo que va por su séptima temporada en los hipódromos. Y contando. Rustin es el fundador y CEO de Scorpion Deisgn, una firma que se dedica al diseño en Internet, de Valencia, California. Muchos de sus 61 empleados allí siguen a sus caballos sólo con levantar la vista en sus escritorios. “Instalamos televisores en toda la oficina y cada vez que uno de nuestros caballos corre, todos paran y observan la carrera. Es fascinante”, cuenta Rustin, que empezó a sentir que lo atravesaba una corriente de emociones desconocida, a la salida del hipódromo de Churchill Downs, luego se asistir al Kentucky Derby de 2010. “Tengo que comprar un caballo”, le dijo a su esposa, en el camino de regreso a California y con el corazón palpitando fuerte por el espectáculo que habían visto y el triunfo de Super Saver. (Un primer acercamiento de esta historia con la Argentina, inevitable: este hijo de Maria’s Mon hoy es padrillo en el haras Firmamento).
Luego, los Kretz buscaron entrenador por Internet (cómo, si no) y dieron
con una entrenadora, Kristin Mulhall, aquella ex campeona olímpica en salto que
debió dejar ese deporte tras fracturarse un brazo en una caída e hija del
renombrado Richard Mulhall. Ella preparó al argentino Romp (Incurable Optimist)
para el Breeders’ Cup Marathon de 2010, en Churchill Downs, sin fortuna.
Desde allí, cambios de propiedad y de cuidadores de por medio, Iron Rob
corrió otras 60 veces sin fallar un año y sumó 13 victorias, las más destacadas
en el San Pedro Stakes (L-1200 m-foto), y en el Baffle Stakes (Black Type de
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