lunes, 4 de noviembre de 2024

Full Serrano, el caballo que corre más en EE.UU. que en la Argentina y la audacia de John Sadler para competir a tres meses de llegar



67.416 aficionados asistieron a Del Mar, donde Full Serrano se consagró / Alex Evers-Breeders' Cup


Hernán Gasibe, director de Gran Muñeca, analiza los asuntos que influyeron en la enorme victoria del hijo de Full Mast en la Dirt Mile; el debut a tres meses de llegar a California, el “otro caballo” que se encontró y la mano del entrenador   


Esta semana, uno recordaba a una yegua argentina que cuando fue llevada a los Estados Unidos saltó de un nivel medio, de handicaps, a ser una de las mejores, con victorias de Grupo 1, de la mano de un entrenador de California, Darrel Vienna. Y se decía que Full Serrano podría recorrer un camino parecido. Al eso menos se podía deducir de las dos primeras actuaciones del caballo que ahora pertenece Hronis Racing.

Fue tan sólida, tan formidable la actuación del caballo criado en el haras Gran Muñeca que es inevitable coincidir con Hernán Gasibe, director de la cabaña y la caballeriza, cuyos colores defendió hasta que fue vendido, que dijo que el triunfo en la Breeders’ Cup Dirt Mile (G 1-1600 m-pista de arena) fue la consecuencia de decisiones y acciones acertadas, empezando por la del entrenador John Sadler, acompañado por los propietarios, de correr esta carrera y no el Classic (G 1-2000 m), que parecía su destino cantado tras su notable 2° puesto en el Pacific Classic (G 1), en los 2 kilómetros.

Luego está el desempeño de Joel Rosario, el jockey, que llevó al hijo de Full Mast en el fuego de un tren de carrera fuerte, que puso el cronómetro en 22s para los 400 m y 45s y monedas para la mitad del trayecto, pero eso no le impidió entrar en la recta final con potencia, sacar claras ventajas y mantener a raya a Post Time , el mejor de los que atropellaron (y vino bien del fondo), para ganar por un cuerpo y medio en 1m35s48/100.

Gasibe asistió al hipódromo de Del Mar y contó sus sensaciones desde allí: “La alegría es inmensa. Vos sabés lo que sufren y lo que invierten los criadores, y en general vienen más las malas que las buenas; las victorias de los caballos de 4 o 5 años perdedores las festejamos como cualquier otra carrera porque te dan unas palmadas de aliento para seguir adelante con esto, que es duro, en un país que no ayuda mucho a la hípica, y no hablo de política”.

-Esa y la de los prejuicios son luchas eternas.

-Claro. Ocurre que hay muchos gastos y en general no se vende para cubrirlos, así que esto es algo que soñamos siempre porque el caballo de carrera es para soñar, ya seas criador, propietario, cuidador, jockey, peón, vivís soñando, constantemente soñás que vas a ganar, pero en general perdés. Cuando estos sueños se hacen realidad no podés creer que se cumplan. 

-¿Cómo lo viviste?

-Me quedé mudo en la carrera y lo grité faltando 50 metros, porque no podía creerlo desde que entró al derecho y sacó tres cuerpos.

-¿Se abre otro capítulo de la operación de Gran Muñeca?

-Nuestro haras es bastante nuevo, siempre busca la excelencia, llegar al disco, competir en carreras internacionales y sacar campeones en cualquier lugar. Estas cosas te dan un empujón de ánimo gigante, que te invita a seguir soñando, a seguir invirtiendo por un camino que elegimos. Me tocó disfrutarlo con mi mujer, Inés Bustillo, en Del Mar y estoy en representación del propietario del haras (Maximiliano Enzweiler), pero en Gran Muñeca somos muchos”.  


La rápida adaptación, el cambio

“El caballo tuvo una adaptación espectacular; a algunos les viene mejor el ambiente, las canchas, los métodos de entrenamiento. Es indudable que levantó mucho el nivel de carreras que corre respecto de las que estaba corriendo, y que corre más que en la Argentina”, opina Gasibe.

-Ayudó que el entrenador arriesgó ¿no?

-Creo que sí, que hubo algo de audacia de John Sadler -al anotarlo en el Pacifc Classic-; él estaba convencido desde hace tiempo de que finalmente iba a correr la Breeders’ Cup, le encantaba cómo lo veía, y tuvo otro acierto en anotarlo en la milla en lugar de 2000 metros -del Classic-, porque según me contaba su asistente tenían alguna duda en cómo llegaría, debido a esos dos días que estuvo sin entrenarse [lo contó Luis Bouza en Turf Class], entonces lo prepararon para correr la milla. Se ve que esta gente se equivoca poco.

-Eso fue decisivo.

-Fueron muchas las cosas que influyeron, pero como te dije después del Pacific Classic, Full Serrano, que estaba lindo en Argentina, acá te impresiona, tiene 60 kilos más. Con nosotros había sufrido algunos contratiempos de salud que no lo dejaron competir con los 10 puntos nunca, te diría, y en Estados Unidos está 11 puntos.  

Hernán Gasibe estuvo con los dueños de Full Serrano, encabezados Kosta y Pete Hronis y Stephanie. “Los conocimos en el stud y también estaban entusiasmados. Se nota que vieron que cuando debutó ganando en la milla no había sido algo común y cuando perdió el Pacific Classic por medio cuerpo con Mixto (Good Magic), que corrió el Classic (terminó 11°), apunaron con mucha seguridad a esta carrera y Full Serrano les respondió con creces”.

Hronis, que preside una firma familiar dedicada a producir uvas y cítricos en California, fue uno de los propietarios, entre otros campeones, de Flightline, un hijo de Tapit ganador del Classic de 2022 y hoy padrillo en Lane’s End, de Kentucky. 

La BC Dirt Mile qudó para el final a toda orquesta de una reunión en que generó US$ 179,218,631 por apuestas en todo el país. Los que se fueron antes se perdieron la extraordinaria actuación de un argentino notable.

 
























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