sábado, 16 de julio de 2022

Sumaba contras Happy Cross, pero los Calvente decidieron tomar los riesgos y el resultado fue otra victoria clásica en San Isidro


Una inactividad de cinco meses, con cirugía incluida, y el hecho de correr por una línea impensada, no fueron impedimentos para que la yegua del stud Aladino ganara el Producción Nacional (L) con garra, en un espectacular final en la recta


Gustavo Calvente ya notó que Happy Cross les ganó a Elveda (oro y azul), la tordilla Vigata y Shades of Rose (HSI)

 


Otra vez los velocistas dando espectáculo. Las velocistas, las yeguas, en este caso. Happy Cross (Knockout), con muchas contras, ganó en un final de media cabeza, cabeza y cabeza ante Elveda (Manipulator, 55 kg), Vigata (Luck Money, 55) y Shades of Rose (Sebi Halo, 61, el peso máximo) el Clásico Producción Nacional (L-1000 m), en el césped de San Isidro. ¿Las contras? Pocas, pero rotundas. Los cinco meses sin competir, primero, y luego el hecho de que Gustavo Calvente, su jockey, eligiera venir junto por entro, adherido casi a la empalizada, como si saliera de un codo en el que no quiso dar ventajas. El peso que le asignaron a Happy Cross, que en aquel febrero había ganado el Clásico Viamonte (G 3), fue de 60 kilos.

El desenlace se llenó de suspenso cuando la defensora del stud Aladino empezó a quedarse con menos fuerzas a medida que se acercaba el disco y la diferencia se adelgazaba, como era lógico casi. Pero sacó algo más en el momento en que todos pensaban que la derrota era inexorable. Calvente nunca dejó de exigir con el látigo de zurda y dio la impresión de que en realidad había elegido una línea buena apenas largó, porque Happy Cross no levantó ni una brizna de polvo, mientras que a su derecha el malón sí lo hacía en ciertas partes, lo que daba la idea de un césped desparejo.




Lo cierto es que, sobre el disco, el jockey miró hacia sus rivales para saber si el último esfuerzo de su dirigida había dado resultado. Después de pegar un pique de festejo en el patio del Paddock cuando vio la chapa del 5 arriba de todo, y de la premiación, Héctor Calvente, papá del jinete y entrenador de la guapa ganadora, relató: “Al otro día de ganar el clásico acá apareció con un nudo inflamado. Hubo que hacer una cirugía porque se le había desprendido un chip en el nudo”.

Y detalla, con una sonrisa: “Pasaron cinco meses y volvió de la mejor manera. La operó el doctor Verna en San Isidro. Siempre que corría tenía una molestia en esa mano, entonces le hicimos las placas”. Valen todas las menciones. Una ligera de valor volvió por sus fueros.

“Entonces la trajimos”, continúa el cuidador, y admite: “Estaba medio faltona y teníamos alguna duda en correrla. Aunque yo pensaba que como es una yegua muy veloz le iba a alcanzar. La corrimos nada más que con una partida de 600”. Y vaya que le alcanzó, cortito pero suficiente. “Por suerte salió todo bien y la verdad es que la grité un poquito (la sonrisa no se le fue, recordando cómo celebró de entrada); lo que pasó es que la quebraron y volvió. Es una pinga. A los kilos está acostumbrada, porque la vareo yo”.




No todo fue remar con la corriente desfavorable este viernes en San Isidro, para Happy Cross. “Pesó 20 kilos más que en la carrera anterior, está más musculosa, se ha hecho más yegua”, describe Héctor Calvente, ya con un panorama optimista que superó a la incertidumbre anterior a que sonara la campana. “Ahora veremos qué clásico viene y apuntaremos a fin de año. Sus dos últimas carreras son las mejores de su campaña. Esta fue espectacular, por la reprise…”.















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