El entrenador brasileño, que se quedará en el país, enfatiza la buena relación que mantuvo con los trabajadores tras la sorpresiva decisión en un momento de éxito, con su pico máximo en Tan Gritona; y asegura que la divisa "ganó muchas carreras y no estaba preparado"
El pesaje de Tan Gritona en el Atucha; a la derecha, Correa Aranha (G. Duprat) |
Fue una
sorpresa. La renuncia de Jose Luiz Correa Aranha, como entrenador hasta la
semana pasada del stud Gran Muñeca -lo adelantó Revista Palermo-, en un momento de resultados positivos, no se
esperaba. Pero no es infrecuente en el turf y en cualquier orden, en verdad.
Las relaciones humanas, los egos y las discrepancias, tienen una influencia que
escapa a veces del marco de lo profesional. Esta vez, aquello de que los éxitos
tapan las desavenencias, no se aplica. El mejor resultado de Gran Muñeca en estos
tiempos fue con Tan Gritona (Full Mast), ganadora de dos Grupo 1 y con el título
de Mejor 2 Años Hembra asegurado.
“La forma en que las cosas pasaron me puso en
situación de alejarme”, dice Correa Aranha, pero prefiere no explayarse ni dar
detalles, sobre todo porque mantiene una buena relación con el staff de la
caballeriza. “No tuvimos ninguna pelea con nadie, pero sí diferencias en las
formas de pensar una caballeriza”, aclara el cuidador, y enfatiza que esa
correcta relación incluía a Hernán Gasibe, el manager.
“Los empleados pertenecen a Gran Muñeca, entonces yo no tenía injerencia”, agrega para apuntar un sistema que es común aquí y que consiste en que los profesionales trabajan por administración, algo que el brasileño sabía antes de asumir la responsabilidad, en enero último, relevando a Carlos Daniel Etchechoury, pero sin dudas esperaba que no fuera rígido hasta el punto de no poder hacer cambios en el personal, por ejemplo. Este punto tal vez quedaba reducido al trabajo en la cancha, no en el establo directamente.
“Un entrenador debe ser una persona responsable, que debe dirigir el
equipo, es la forma de trabajar según lo veo. Creo que Gran Muñeca ganó muchas carreras y no
estaba preparado”, opina Jose Luiz. “Teníamos la esperanza de correr las Mil
Guineas y la Polla de Potrancas con Tan Gritona”, añade, amargado.
Correa Aranha piensa quedarse en San Isidro para continuar trabajando aquí codo a codo con
su esposa, Marina, que lo asiste desde el comienzo. Ambos le habían comentado hace unos días a Turf Class cuán a gusto se sentían en
Buenos Aires. “Tengo un departamento alquilado y una fuerza de trabajo buena; voy a esperar una
oportunidad. Alquilaré algunos boxes; hay gente que ha trabajado conmigo de los
tiempos en que estaba en Haras Phillipson [entre 2017 y 2020 en la Argentina]. Estoy
buscando boxes para alquilar”, señaló, con la ilusión intacta de consolidarse en un turf exigente.
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