La visión de Manuela Bassombrio y la evolución de Don Champagne generaron una nueva etapa que va a fondo en los clásicos

 

El final fue cómodo en el primer triunfo clásico de Don Champagne / Gza. REVISTA PALERMO

 La hija de Andrés Bassombrio, de dedicación a full al haras y al stud San Benito, más el cambio en el vareo, son los motivos que expñlican el éxito de la yegua dirigida por William Pereyra, en el Clásico Calidoscopio (L-2400 m), sobre la arena de San Isidro 

 

La explicación para el salto de nivel de Don Champagne podrá ser técnica, enfocada en la definición de San Benito de consolidar sus condiciones de caballo de fondo y medio fondo, a partir del cambio en el vareo que implementó Carlos Daniel Etchechoury y la respuesta del hijo de Long Island Sound. En el mismo sentido hay otra razón para el triunfo en el Clásico Calidoscopio (L-2400 m), en la pista de arena de San Isidro.

“Lo llevamos a correr a La Plata porque Manu vio que había una carrera de 2000 metros”, cuenta Andrés Bassombrio, criador y propietario de San Benito. Se refiere a la actuación previa de Don Champagne, que terminó con una victoria por seis cuerpos, y Manu es Manuela, la hija de Andrés involucrada a fondo con el turf en todas sus facetas, que ayer lo acompañó –como siempre- en la premiación, junto con su hermano Ramón.

Hasta ayer, Don Champagne había ganado dos condicionales, y William Pereyra lo llevó a la expectativa mientras Heat Miami (Manipulator) marcaba el ritmo adelante hasta el final del opuesto, donde empezó a quedarse y fue desmontado por Kevin Banegas tras dejar el segundo codo. Mientras, Don Champagne empezaba a asediar al favorito El Alberto (Bodemeister) y a Etoo (Interaction), que estaban ahora liderando, y los superó a 300 m del disco, para imponerse por dos cuerpos ante el de Río Claro.

“Nos costó mucho de potrillo, siempre le pasaba algo, nunca corría con los 10 puntos. Después, Dany lo tendió y mejoró”, continúa Andrés. “En La Plata ganó con una actitud que no le habíamos visto. El mismo William dijo cómo mejoró”, y remató, sonriendo: “Son las anotaciones de Manu…”.

La madre de Don Champagne, de 4 años, es Doña Racha, una hija de Freud, el padrillo del que este caballo debe de haber heredado el pelaje zaino. “Ella fue una buena potranca de 2 años, ganadora en el debut y 4ª en el Saturnino Unzué. Pero se lesionó en el Ramírez y estuvo muchos meses parada, así que cuando volvió no era la misma y la llevamos al haras”, revela Bassombrio. “La línea viene de una yegua por Damascus [Airbound] que compramos en Keeneland. Con Seek Again y Long Island Sound nos dio. Este año tuvimos un Fortify, va subiendo el nivel”.

El producto con Seek Again es la primera cría de Doña Racha, Don Chajá. “Ganó el Clásico Botafogo y estuvo cerca de Miriñaque -3° en el GP Gral. San Martín (G 1)-, evoca Andrés. “A Don Champagne le gusta la distancia”, opina, pensando en el futuro pero no en los Grupo 1, por ahora. “Este año no corrimos en el primerísimo nivel, nos costó, pero ganamos muchas carreras. Estamos muy contentos con la gente del stud. Y disfrutamos de los clásicos de estos meses a pesar de no estar en los grandes clásicos, porque no gustan mucho aunque no las corramos”.

De paso y sobre el mismo punto, se le pregunta por Don Latido (John F Kennedy), que correrá este sábado el Gran Premio Joaquín V. González  (G 1-1600 m), el clásico en el que San Benito celebró con Don Empeño (Exchange Rate), hace un año. “Nunca corrió en esa pista pero esperamos que ande bien pese a que tiene una largada muy externa [16 entre 20]. Es una lástima que el Joaquín V. González deje de ser de Grupo 1”, lamenta Andrés Bassombrio sobre la recalificación a partir de 2024 de una carrera enorme tradición en el Bosque.