Celebra Gonzalo Borda tras su victoria más importante / Gza. Prensa La Plata |
Como Malibu Spring, el pupilo de Marcelo Sueldo restaña sus heridas con triunfos de primer nivel y compitiendo sin llegar al 100% de su potencial físico, pero es tan contundente que ilusiona con subir un peldaño más
Tío Boy
corrió el Gran Premio Dardo Rocha (G 1-
“Se nos
vivieron a la cabeza todos esos momentos que vivimos con Malibu Spring. Tío Boy
es el caballo de unos clientes pero lo disfrutamos igual y hasta más contentos
porque el haras vende toda la producción”, dice Tomás Kehoe Wilson, propietario
de la cabaña. “Estamos muy felices porque son unos amigos que vienen a casa a
elegir”, continúa minutos después de haber visto a Tío Boy ganar por cinco
cuerpos, con la confianza de Gonzalo Borda desde las riendas.
“Siempre se
destacó, desde potrillo; con sus nanas, pero como Malibu, demuestra lo que vale
cada vez que sale a la cancha”, asegura el criador en el mismo sentido que
Sueldo respecto de que los hijos de Greenspring necesitan madurar para competir
en su más alto nivel. Además, el entrenador comentó que el descanso de Tío Boy
se debió a una lesión en una mano que no le permitió incluso ahora competir con
los 10 puntos. Más aún, hoy Sueldo va a anotarlo para el Carlos Pellegrini (G
1). “Veremos cómo queda; tiene 15 días por delante y es un caballo manso, de
buen comer”, anticipa.
Tomás
recuerda a su padre, Enrique, al mencionar el origen de Tío Boy: “La madre es
una Potrillón que papá había comprado en un remate; siempre fue muy generosa con
nuestros propios padrillos, siempre dio ganadores; este es el mejor”, cuenta
emocionado. “Esto es producto del trabajo que se hace en el haras; esto es todo
de mi papá”, concluye y es optimista sobre el relevo para Greenspring en la
cabaña:
“Estamos muy ilusionados ahora con Gershwin (Distorted Humor, en madre por A.P. Indy), que compartimos con varios socios”.
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