El jockey más ganador de la historia en el mundo, que suma 3668 éxitos en nuestro país, donde se radicó durante quince años, corrió ayer una condicional en el hipódromo del Jockey Club (7°) y no descarta volver
En el agasajo de San Isidro y la Gremial, que dirige Nicolás Ferro / Prensa San Isidro |
Tiene el récord mundial de carreras ganadas por un jockey en la historia. Es el más popular de Brasil e idolatrado en la Argentina, marcas que no figuran en las estadísticas pero se hacen sentir, como ayer en San Isidro. Jorge Ricardo estuvo en el hipódromo de sus éxitos más grandes aquí, desde los tiempos en que venía con los mejores caballos de su país para ganar el Latinoamericano y el Carlos Pellegrini.
A una edad en la que se piensa en levantar el pie del acelerador y
alejarse de la profesión que le llevó la vida, él muestra que tiene casi todo
para seguir disfrutando del mayor motivo de esa vida. Sólo le faltarían algunos
años menos y músculos más tensos, pero seguro que no busca ser el Ricardo de
antes. Los cien golpes y la enfermedad más dura, ya superada, son récords mucho
más importantes
“La verdad es que me siento bien, bárbaro a los 61 años, muy bien
físicamente, muy bien de cabeza, de salud, que es muy importante, y siempre con
ganas de correr, de estar en el hipódromo, con los caballos, con la gente, es
lindo”, dijo el jinete poco después de clasificarse 7° con Bambino Duke, el
potrillo de 2 años del stud La Narcisa, de Dolores, su única monta del día y de
esta visita, porque ya debe estar en San Pablo, para seguir corriendo. Por un
momento su conducido ilusionó con prenderse en el premio Maipo Fitz (
Uno pregunta por el turf de su país y la respuesta de Jorge confirma lo
que se conoce desde hace muchos años: “El turf brasileño está muy flojo, intentando
mantenerse, pero es difícil porque hay 2500 caballos, muy pocos, y los premios son
bajos; pero estamos siempre luchando para salir adelante”, sintetiza el jockey
que vive en Rio de Janeiro y corro también en San Pablo cuando tiene compromiso
con algunas montas.
“El hipódromo de Gávea es mi casa, es una lástima que el turf no
adelanta. Hay buena crianza, buenos profesionales, pero no hay incentivos. El turf brasileño vive de las
apuestas [solamente] mientras que acá en Argentina hay aportes del Estado, con
Lotería, y Palermo tiene las máquinas. En Brasil los Jockey Clubs hacen algunas
cosas extra, eventos, pero es una industria muy grande que genera muchos
gastos, entonces se pone bravo”.
También Jorge hace una diferencia con el espectáculo de las carreras en
sí: “En Brasil hay pasión, pero no como aquí. Vas a los hipódromos por un gran
evento y están vacíos, acá siempre se ve gente, los hipódromos se llenan en las
fechas importantes, está muy bien”, compara.
-¿Extrañás?
-La verdad es que extraño, sí; acá hice muchos amigos, me encanta el
turf argentino, me gusta todo. Por ahí vuelvo.
Mucha gente se quedó con ganas de más Jorge Ricardo. Uno de ellos fue el
entrenador Edgardo Martucci, que en la 5ª carrera presentaba a Kume. “Me
hubieras avisado que venías y te daba a la yegua”, le dijo a Leandrinho. Y la
tordilla ganó. “No quise pedir nada, ni llamar a nadie, está bien así, en la
próxima…”, asegura O Astro. Parece
que queda abierta la puerta.
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