El potrillo del stud El Carmen doblegó al de Al Adiyaat en el disco de Palermo, luego de 1400 metros de dominio en la punta y dejaron abierta la puerta para un futuro duelo en el Miguel Cané (G 2), antesala de la Polla
Eduardo Ortega Pavón y Miguel Ángel Sosa también descollaron / Gza. Prensa Palermo |
El gran
match en que se convirtió el Clásico Old Man (G 3-
La ruta a la Polla de Potrillos (G 1) ya está en plena velocidad desde
el Estrellas Juvenile (G 1). Esos dos caballos le dieron una notable emoción a
la tarde del domingo –uno piensa si no es Palermo el mejor escenario para salvar
algo del día de la semana más complicado para el juego, aún con las agencias de
Lotería de la Ciudad cerradas-, con dos jockeys que entregaron todo: Eduardo
Ortega Pavón y Miguel Ángel Sosa.
En la suelta, Oasis hocicó y seguramente perdió alguna fracción de
segundo, pero enseguida su jinete lo ubicó en la punta y, no menos rápido,
Beauty Sea se le puso a la par. Así sería hasta que cruzaron el disco, con la
diferencia de que en el tramo decisivo se desprendieron del resto palo y palo.
Larry Bird (Fortify) resultó 3° a cuatro cuerpos. Beauty Sea ahora suma dos
victorias en tres actuaciones y Oasis Boy perdió por primera vez tras ganar dos
carreras.
Nicolás Martín Ferro entrena al ganador y cuenta su historia: “Es criado
en Ojos Claros, el criador de Strategos. Lo elegimos en el haras, nos encantó y
por esas cosas de las carreras lo había comprado para un propietario que
finalmente no se lo quedó, entonces se hizo una sociedad, el haras se quedó con
una parte y entramos cuatro o cinco amigos, por eso hoy éramos como cuarenta en
la foto”.
Claro que tuvo que haber uno solo que alzara el trofeo. “Es Martín
Campos, amigo de toda la vida y dueño de Wilander; estos colores, los del stud
El Carmen, son de él”, comenta Nico, mientras su jockey hace el pesaje. “Ortega
hizo un trabajo tremendo. Leandro Gonçalves lo había corrido en sus dos salidas
y cuando nos quedamos sin él por la suspensión lo primero que hice fue mirar si
él tenía montas; ahí lo llamé a Maxi –Reigert, agente del jockey- porque este es
un caballo guapo, parejo, ideal para él”.
La descripción del cuidador continúa con detalles que incluyen un
estreno para descartar: “Siempre fue un caballo que trabajó bien, desde el
primer día. Lindo físicamente, zaino negro, oscuro, parece El Corcel Negro o el
caballo de El Zorro (a las risas). El día del debut lo sintió como si estuviera
recién domado, saltaba para todos lados, cero profesional, y en la siguiente
ganó bien en la pesada, corrió toda la carrera, guapeando. El potrillo de Piana
[Ángel, preparador de Oasis Boy] debe ser bueno también porque se trenzaron
toda la vuelta mano a mano, fue una carrera espectacular”.
Para Nico, el desenlace pendía de un hilo: “En la entrada en el derecho
pensé que iba a ganar más fácil, porque el otro venía moviendo en todos lados y Ortega tenía todo
el caballo. Pero después pensé ‘no lo quiebro’, hasta que El Burro [Ortega] sacó su rigor, le pidió el resto de los
Sobre el futuro, Marín Ferro señala: “La idea es seguir en Palermo, siguiendo
la ruta de la Polla con el Cané. Es un caballo de mucho físico, pesa 528 kilos, le gusta varear”.
Y en el balance del día incluye a su padre, Enrique, que presentó a Nanabush
(Il Campione), heroína del Güiraldes. “Fue un clásico para cada uno, el Viejo se llevó el otro”.
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