El ejemplar de 4 años, del stud Garabo, se impuso por cinco cuerpos en el Clásico Forli (G 2), de San Isidro, y logró su primera victoria en el alto nivel; "corriendo en la punta es doble caballo", afirma Gonzalo Jiménez, propietario del zaino junto con su padre, Miguel
Con Kevin Banegas, el hijo de Treasure Beach dominó a lo largo de 1800 m / Gza. Revista Palermo |
La actuación
de Pay The Man en el Clásico Forli (G 2-
Pay The Man se tomó un paso más: ganó por tercera vez en
“Antes de la carrera pensé que si lo dejaban hacer la punta iba a costar
mucho alcanzarlo”, aseguró Gonzalo Jiménez,
hijo del titular de Garabo, Miguel. “Para nosotros es doble caballo corriendo
en la punta y es completamente para el césped. En la arena la categoría le costó”.
Uno quiere saber si Roberto Pellegatta, el entrenador del zaino, es
quien elige los potrillos. “Últimamente los potrillos que tenemos sí son
elegidos por Pellegatta pero este no, lo eligió mi viejo con Javier Fren en
Orilla del Monte. Y al principio lo cuidó el mismo Javier, un gran amigo. Después
hicimos un cambio cuando decidimos concentrar nuestra caballeriza de Palermo,
por eso ahora lo tiene Pela”, responde y amplía Gonzalo.
Hace un año, Pay The Man había resultado 4° en este clásico. Ahora esa
materia está aprobada con una alta calificación y la vista apunta a lo que
viene. “No está anotado en Carreras de las Estrellas, así que vamos a evaluar
con el entrenador si vale la pena pagar el derecho de inscripción”, anticipa el
propietario.
Es inevitable preguntar por Niño Guapo (Catcher in The Rye), el último
ganador del Nacional, que no compite desde que entró no placé (7°) en el Carlos
Pellegrini, con la chaquetilla de Garabo. “Está en recuperación por un problema
en una cuerda; no se sabe si podrá volver a correr”, comunica Jiménez. “¿Ves? Ese
fue elegido por Pellegatta –aclara-; lo llamó a mi papá para ofrecérselo apenas
lo compró”. Un caso diferente al de Pay The Man, por su vocación por la pista de
arena.
Unas horas después del Clásico Forli juega Racing, el club del que su
padre es un conspicuo dirigente –vicepresidente 1°-, que no faltaría al
Cilindro en el 2-0 ante Banfield. “Yo vengo sólo al hipódromo, es mi único
hobby”, se diferencia Gonzalo, hincha de la Academia también, claro, pero más fanático
de las carreras que del fútbol. No le falta razón.
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