Después de una primera generación muy reducida y aún sin ganadores, de la segunda surgió el dominador del Clásico José B. Zubiaurre, con lo que se refleja que el padrillo del haras Esecé comenzó otra etapa, ya sin los problemas físicos de sus inicios en la reproducción
Muy Muy Macho, con William Pereyra, tuvo margen en el final para controlar la carga de Karalis |
Cuando el
explosivo Muy Muy Macho pasó al frente para llevarse el Clásico Zubiaurre (
“Es la segunda
generación de El Moisés; la primera fue muy cortita”, confirma Norberto Peluso,
el criador en su haras Esecé –el mismo nombre de la caballeriza, en honor a sus
hijos Sebastián y Cecilia- de Muy Muy Macho. El padrillo produjo 17 crías de
arranque y al año siguiente, la generación de este potrillo, 25, de los cuales ganaron 2 (se suma la potranca Ya Te Veo). “Al principio
no tenía libido, no se acercaba a las yeguas –cuenta el criador-, pero después
lo curamos de una pata y empezó a andar bien en los servicios. Por eso la
primera generación fue acotada y yo cometí el error de vender y dispersar los potrillos,
y algunos de ellos no tuvieron la suerte de correr. Igual, todos los cuidadores
están contentos con las crías. Yo vendo todo y los me quedé fue porque no se
vendieron”.
-Entonces a Muy Muy Macho te lo quedaste porque
no tuvo ofertas…
-El caso de
Muy Muy Macho fue especial; de entrada pensaba quedármelo porque me he quedado
con casi todas las crías de esa madre, Muestra Gratis (Halo Sunshine); el 80%
ha ganado, y dos fueron clásicos: Ya Te Muestro y Seba’s Show.
-¿Mostrabas este potrillo a los que iban a
visitar el campo para comprar?
-Bueno, sí.
Cuando vino (Roberto) Pellegatta a ver los caballos le dije ‘este me lo voy a
quedar’ y él estuvo de acuerdo. (‘Sí, te lo tenés que quedar’, enfatizó el
entrenador, según Peluso).
-¿Cómo se dio la posibilidad de llevar a El
Moisés a tu haras?
-Cuando estaba
para ser favorito en el Carlos Pellegrini, después de haber ganado la Polla, el
Nacional y el Casey, se lesionó en las gateras y tuvo un problema en una pata.
Me había enterado de que lo retiraban por el veterinario de Gregorio Vivas, que
era su entrenador, y cuando hablé con José Mastellone [propietario de S de B,
cuyos colores defendió El Moisés] le dije que lo iba a probar antes de
comprarlo; no tuvo problema.
Mientras narra
la historia del padrillo, Peluso (foto) recibe un llamado de su mujer, Graciela, que
suele acompañarlo en las jornadas importantes, como cuando Sarónico Island (Lizard
Island) ganó la Polla de Potrillos de La Plata. Pero hay excepciones: “Esta vez
no quiso venir (se ríe). El día que El Noi (Anjiz) ganó el Estrellas Sprint (en
2009) tampoco estuvo. Graciela es la que bautiza todos los caballos”.
Pablo
Costa, el veterinario del haras, y Emilio Suárez, capataz en el campo, sí estuvieron en San Isidro el sábado celebrando el
Zubiaurre de Muy Muy Macho, junto con Juan Franco Saldivia, el entrenador. Un hijo de El Moisés, el caballo de carreras
notable que fue precoz, se hizo fondista y ahora es un padrillo para anotar.
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