Bless Candy en primer plano y Walnut Grove atrás, atacando para quedar 2a (Gza. Hapsa) |
La yegua del stud Pergamino saldó la deuda que había asumido Miguel Lagos Mármol, su criador y propietario, y con la garra que es su marca registrada alcanzó su conquista más importante, en el Clásico Propietarios (G 3), sobre el césped húmedo de Palermo
La chapa de luchadora aguerrida es una garantía que Bless Candy (Señor Candy) trae siempre al hipódromo, y esta vez le sacó lustre en el Clásico Asociación de Propietarios de Caballos de Carrera (G 3-1400 m-césped), donde se impuso por medio cuerpo ante Walnut Grove (Orpen). Pero no fue una actuación valiente más para la yegua del stud Pergamino, que ya suma 28 salidas por plata.
Fue la más
importante por la categoría misma de la prueba y porque Miguel Lagos Mármol, su
criador en San Lorenzo de Areco, se sacó una de esas espinas que quedan en las
tripas cuando uno sabe que tiene un caballo bueno. “Lo que no logro con Bless
Candy es que gane un clásico de Grupo”, dijo en enero pasado, cuando la yegua
se llevó el Clásico Frari (1400 m-césped) también en Palermo, como ahora, con
otra muestra de esfuerzo extraordinaria: doblegó por el pescuezo a Tit Ruler
(Roman Ruler) de atropellada y esperando su momento.
Bless Candy
le cumplió al hombre que además de criarla la curó. “Se la había vendido a La
Pomme y me la devolvieron porque tenía unos problemas en las garganta; había
que operarla”, cuenta Miguel, un notable veterinario, sin un dejo de queja. Él
fue director de la cabaña de la familia Liberman y tiene muchos años en las
carreras como para que una circunstancia tan rutinaria le genere sensaciones
encontradas. Entonces a uno se le ocurre la pregunta retórica: “¿La operaste
vos?”, y la respuesta es "No, fue Carlos Dodera, que además es el presidente de la Asociación Argentina de Veterinaria Equina", aclara.
Este sábado
23, Gerónimo García la condujo por donde más le gusta a Bless Candy, en una
tercera línea por el codo, y abierta a más de media cancha en la recta final,
picada por las tres carreras previas allí y la humedad de la última lluvia.
Parecía que se dirigía a una victoria por buen margen, pero faltaba eso que le
da energía a la yegua y le moviliza huesos y músculos. Entonces apareció Walnut
Grove, con Fabricio Barroso en la montura, quien tuvo que corregir de afuera
hacia adentro cuando vio que Bless Candy venía por su misma calle, en un movimiento
extra que sin embargo no le impidió pelear hasta el disco.
“Esta
cancha le viene muy bien a Bless Candy, le gusta, y si está húmeda, mejor”,
comenta Miguel Lagos Mármol. “Además, la distancia de ella es 1400. Lo que la
destaca también es que cuando tiene que pelear gana siempre. Cuando se pone a
correr y a luchar, no pierde nunca, no se achica”, agregó. Esta declaración
puede ser de ahora o de enero último, como ocurrió. Esta vez apenas habrá que
añadir que Bless Candy le pagó la cuenta a Miguel con la misma moneda que derrochó
siempre que salió a competir.
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