El caballo de Las Monjitas puso en el césped de San Isidro su experiencia de ganador de Grupo 1 y la buena mano de Adrián Giannetti, un especialista en correr de atrás, para superar sin luz a Menino do Rio, que había tenido competencia en la punta de parte de Camus Superior, finalmente cuarto a más de seis cuerpos
Giannetti, a puro grito al pasar de largo en el cierre / Gza. Hipódromo de San Isidro |
En
cualquier tratado sobre carreras figura un desarrollo como el que se dio en el
Clásico Porteño (G3-2400 m-césped): un puntero casi cantado, Menino do Rio
(Fortify), de arrimes clásicos en los que debe resaltarse la cuarta posición en
el Martínez de Hoz (G 1-
También indican los libros que un caballo que corre de atropellada puede
aprovechar la puja que en efecto se dio en la delantera entre aquellos dos, que
fue lo que hizo Jazz Seiver (Super Saver), que mejoraba a todos con una
experiencia clásica que incluye la victoria en las Dos Mil Guineas (G 1) del
año pasado y cuya reaparición en marzo con el éxito en el Clásico Regimiento de
Granaderos (L-2200 m-césped) alentaba al stud Las Monjitas. Después de que
Menino do Rio, dirigido por Francisco Fernandes Gonçalves, se desembarazó –no
por un tramo tranquilizador- de Camus Superior, al que guió Juan Carlos
Noriega, apareció por afuera Jazz Seiver, al que Adrián Giannetti había traído
entre 3° y 4° lejos, para mover desde el final del codo y ganar por medio
cuerpo ante un aguerrido rival.
“Fue un gran trabajo de Adrián”, califica Carlos Daniel Etchechoury,
entrenador del ganador. “Venían despacio y había que calcular la atropellada
justa para ponerlo en el disco; la verdad es que se hizo la carrera más
favorable para la manera que corremos nosotros, porque se pelearon adelante,
pero también hay que saber aprovechar eso y medirlo. Si te apurás, por ahí no
tenés la misma atropellada. Seguramente correrá el 25 de Mayo”, reflexionó Dany.
En el otro plato de la balanza quedó Alfredo Gaitán Dassie, quien no
ocultó su amargura por la 2ª posición de Menino do Rio, el defensor de RdI al
que entrena: “Me quedé un poquito caliente; no es que quiera correr solo y Juan
[Noriega] conoce a mi caballo porque lo montó en el Martínez de Hoz”, confiesa
de un tirón, y después fue sarcástico: “Cuando felicité a la gente de Las
Monjitas les dije ‘invítenlo a comer a Noriega’, que si no me lo peleaba a
Menino, ganaba, sin duda”.
Sobre el futuro, donde espera un desquite, afirmó: “Irá al Gran Premio
25 de Mayo; por ahí lo corre Miriñaque, o quizá lo lleven a las Carreras de las
Estrellas –ambos en San Isidro-; Miriñaque ha corrido muy bien en este césped,
pero creo que en la arena tiene una marcha más”. La duda es si el tordillo será
incluido en el Classic ya que no está inscripto en la serie de la FEAR, por lo
que se deberá pagar un suplemento.
Quizás en el 25 de Mayo, ya consolidado su exitoso regreso al primer
nivel, el favorito sea Jazz Seiver, el caballo que el sábado le dio un doblete
clásico –sobre cuatro- a Dany Etchechoury, que prepara también a Único Happy
(Hi Happy), 1° en uno de los turnos del Clásico Zubiaurre. Un hábito del
entrenador.
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