"Celestial Filly es uno de los mejores caballos que corrí, junto con Roman Rosso, Holly Woman y Labrado", dice Wilson Moreyra

El jockey de la potranca de Tinta Roja, que se mantiene invicta en seis actuaciones en Palermo, San Isidro y La Plata, en arena y césped, se rinde ante la velocidad y mansedumbre de la yegua de Jorge y Lucas Brunasco

En el aire: así parece desplazarse la notable Celestial Filly en su 6a victoria / Prensa Palermo 

 

La mejor potranca 2020 alcanzó un triunfo para volver a mostrar sus notables condiciones, la elasticidad con la que se mueve y el andar firme de sus finales. Celestial Filly (Lizard Island) rindió el examen de velocidad con las mejores notas, puros 10, incluida la bolilla “pistas”, porque ganó en los tres hipódromos centrales y sobre césped también. La unidad “codo” la traía aprobada desde La Plata.

Ahora fue en el Clásico Saturnino  J. Unzué (G 2-1200 m), en Palermo, donde la defensora de Tinta Roja se lució con ese derrape en el final del codo, que tomó abierta, e igualó a la puntera Jalimba (Señor Candy) por un tramo corto, para superarla en dos saltos. Invicta en seis salidas, la yegua criada por Eugenio Pacelli en Wilgerbosdrift parece seguir la senda de otra grande de Tinta Roja, Una Arrabalera (Cima de Triomphe), la mejor 3 años de 2022, en cuanto a la repetición de esfuerzos en un breve lapso: ganó la Polla de Potrancas de Palermo y el de La Plata.

Wilson Moreyra, comentó: “Ganó muy bien. No me sorprendió, es buena. Me iba a sorprender si perdía, por la forma en que andaba. Como siempre digo, no es que no pueda perder, te puede ganar una que corra más. Había echado 1m13s en La Plata [Wilson no va a trabajarla a La Plata, salvo que lo llamen] y andando así es difícil ganarle. Hoy dio todo y ganó”.

El desarrollo no tuvo misterios a simple vista. Para el jockey tampoco: “Podía haberla corrido adelante, pero como largó mansita la dejé ahí. Es así de tranquila, una señorita, una monstra (se ríe de la palabra que usó)”.

Después, uno quiso saber sobre el cuidado del peso, sobre todo cuando hay que correr caballos de 2 años, con 55 kilos. Dice Wilson: “Hoy salí a correr a las 11; rebajé dos kilos. Voy al sauna, también estoy tengo nutricionista. Es algo cotidiano. Me tengo que sacar dos kilos, pero sin cuidarme. Como bien, sano, gracias a Dios; a la noche, el cuerpo no me permite comer. Si no hay carreras sí, como al mediodía y a la noche”.

El sacrificio de los jinetes. El profesionalismo que obliga, y que a veces ofrece recompensas, como correr caballos importantes. “Seguramente Celestial Filly es uno de los mejores caballos que corrí, junto con Roman Rosso, Labrado (“una máquina”, asegura) y Holly Woman”, repasa rápido antes de ir a la ducha que mitigue el insoportable calor de Buenos Aires. Pero hay otro bálsamo. Aparece su señora con sus dos hijos para saludarlo. La charla se termina. Ya hablamos mucho de Celestial Filly como para interrumpir ese momento.