Entre los mejores jinetes de los 70, 80 y 90, se lució con caballos legendarios como Mountdrago y Villares, ganó todos los clásicos que hacen historia y disfruta de tributos como el del hipódromo de Palermo, que asignó su nombre al handicap que ganó Expressive Smart
Con Facundo Coria, a quien entregó el trofeo de la carrera con su nombre / Hapsa |
Vive en
Chascomús, desmiente que se haya radicado alguna vez en Mar del Plata, un capítulo
que generó cierta confusión durante su campaña. Nació en San Cayetano, cerca de
Necochea. Con Miguel Sarati fueron cuñados –casado con la hermana del Puma- y
fue uno de los jockeys más populares y ganadores entre los 70 y principios de los 90. Rubén
Emilio Laitán es una personalidad a la que los aficionados que gastan suelas –y
algo más- en el hipódromo desde hace mucho tiempo, no quieren perderse de
saludar, acercarse o solo decirle una frase que recuerde su pasado en las
carreras de caballos.
“Vengo a veces a las carreras; un amigo tiene caballos y alguna vez paso,
también a la mañana, pero ahora estoy por el handicap”, dice de movida, en el
patio del Paddock de Palermo, donde se acaba de correr la prueba que lleva su
nombre. Hoy, Rubén trabaja en su campo (“tengo un pedacito”) y confiesa, en
tono de suave protesta: “Vendría más seguido, pero ahora no te dejan entrar al
cuarto de jockeys, que es donde me gusta ir. No entra nadie. La verdad es que
antes entraba cualquiera y muchos molestaban, venían a preguntar. Yo fui uno de
los que se quejó. De una cosa que estaba mal se pasó al otro extremo”.
La procesión para saludarlo es interminable, algunos recordando nombres imposibles. “Corrí caballos buenos, Mountdrago, Villares, Tangaroa, que era una yegua de Jaime Benedit; los hijos acaban de ganar con el stud Prisionero”, dice y habla la chaquetilla de Baby Trigger (Cosmic Trigger), ganador en la 4ª carrera. Benedit fue el criador de Bayakoa.
Pero su opinión se decanta por Potrillazo. “Mountdrago era un gran
caballo, fue 2° en el Nacional y pierde el Pellegrini por esas cosas; corrió
desde
Ese jockey ganador se formó en la cancha. La Escuela de Aprendices había
sido cerrada en 1974, y Laitán salió a correr por un permiso especial que le
concedieron. “Gracias a Carlos Mucklow”, enfatiza. El ilustre cuidador le dio
la oportunidad y en 1975 empezó su campaña, “aprendiendo un poco mientras
competía”, se ríe al señalarlo. “No me recibí pronto – el requisito para ser
jockey era de 60 carreras ganadas-, pero a partir del 79 empecé a ganar mucho”.
Y claro, lo buscaban los entrenadores principales. “Con Juan Bianchi
trabajé bastante y gané el Pellegrini con Larabee (Babor); además le corrí a
Vigorous Toss (Egg Toss), que ganó el Joaquín de Anchorena (G 1-
Juan Carlos Noriega acaba de montar al invicto Orgullo Argentino (Cosmic
Trigger) y apenas baja de la balanza se cruza con Laitán. Mezclan bromas y
recuerdos. Inevitable con el cordobés, de los pocos que están en actividad y
fue colega/rival. “Los mejores fueron Valdi (agrega que el programa Alma de Turf le hizo una nota y se olvidó
de mencionarlo), Jara, el Topo. Había menos jockeys y más caballos, todos los
cuidadores tenían 20 o 30 en los 70, Domingo Lora, Rodolfo Marinetti, Coco
Irusta, Tomás Arana…”.
Con su
olfato para formar binomios, Juan Carlos Maldotti armó con Laitán una sociedad
exitosa que precedió a la que hizo historia con Pablo Falero. “Yo me hice acá,
en Palermo, y me vino a buscar Maldotti para que corriera a Almira, que era
propia hermana de Mountdrago, y al stud Panamericano. Le corrí diez años a Juan
Carlos, gané muchas carreras…”.
Un grande Rubén Emilio Laitán, en otro merecido reconocimiento de Palermo.
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