El criador y propietario hubiera deseado una carrera común previa, para reaparecerla tras un desgarro, y lo convenció la confianza de su entrenador, Dany Etchechoury, en las condiciones de una potranca con todo el linaje de San Benito y la conducción de William Pereyra
La sólida atropellada de la hija de Doña Joyita, en la pista de césped de San Isidro / HSI |
La muy manida
frase “sorprendió a propios y extraños”, que viene de mucho tiempo atrás, sobre
todo en cuestiones deportivas y de turf, se hizo realidad por partes en el caso
de Doña Yerba (Il Campione), la ganadora del Gran Premio Mil Guineas (G
1-1600), el sábado 6 en San Isidro. Una parte responde a la confianza de Carlos
Daniel Etchechoury, su cuidador, para quien el escaso roce de dos actuaciones y
el regreso tras una lesión, hace más de tres meses, no incidirían en su
desempeño.
En el otro plato de la balanza estaba el pensamiento de Andrés Bassombrio, propietario y criador de Doña Yerba, mucho más precavido por aquellas dos cuestiones. Lo cierto es que la defensora de San Benito atropelló por media cancha cuando las punteras, Rihallah (Cityscape) y Lindaflor La Violeta (Most Improved) empezaban a quedarse y pasó al frente con autoridad, para ponerse a salvo de la carga final de Million Reasons (Agnes Gold), que terminó 2ª a tres cuerpos y medio.
William Pereyra, de excelente desempeño en las riendas y desde hace dos meses
como monta oficial de San Benito, admitió que la yegua llegaba “medio faltona”.
Menos mal.
Y Dany Etchechoury explicó por qué le gustaba para el clásico:
-¿No te sorprendió? Sobre todo ese arranque que
tuvo en la recta.
-No, lo
hablábamos en la previa. Me encantaba esta potranca. La única duda que teníamos
con Andrés era por reprisarla en el clásico, que lo ideal hubiese sido correrla
una carrera antes, pero no hubo tiempo y nos jugamos en ir directo y salió
bien, es una potranca bárbara. Había ganado muy bien, siguió muy bien
-El jockey también.
-Está
pasando por una etapa extraordinaria. Creo que William fue una buena adquisición
de la caballeriza y estoy muy contento. No lo conocía, salvo de verlo en la
pista, y me sorprendió cómo es como persona, trabajador, opinador, completísimo.
-¿La carrera se hizo como pensaban?
-Tal cual
como la planeamos, todo bien. Incluso con Doña Naif, que había corrido las
Estrellas porque se lo merecía y ahora entró cuarta. Hasta acá, Doña Yerba es
mejor
-¿Qué viene ahora?
-Doña Yerba
es una yegua con pocas carreras hasta aquí y está muy entera. Por ahí nos
tiramos a la Polla de Potrancas (G 1).
Con Andrés Bassombrio se imponía primero saber la visión del criador, la
genealogía de Doña Yerba. “La madre es Doña Joyita, que es hermana de Doña Joya,
ganadora del Selección, del Beazley, por ocho cuerpos. Doña Joyita es una Orpen;
corría un montón, debutó 3ª y antes de la segunda le saltó la cuerda y me la
llevé al haras para madre, porque había perdido a Doña Joya, que murió,
entonces me la guardé. Esta es su segunda cría.
Doña Yerba colmó las expectativas de Bassombrio. “Me sorprendió que ganara, porque tuvo un desgarro durante la partida final para correr el Ramírez y la tuvimos que parar. Nos angustió bastante, pero volvió bien. Yo quería que hiciera una carrera antes pero Dany estaba convencido de correr este clásico, por algo es el cuida”, serió en el final. Y agregó sobre el padrillo: “De Il Campione (Scat Daddy) tenemos una pequeñísima parte: dos servicios de por vida y otros dos por seis años”. Por ahora, parece que alcanza.
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