jueves, 11 de agosto de 2022

Las Estrellas Azuleñas quedaron en casa con Discret Seiver, un potrillo entrenado Gonzalo Sarno y con Maximiliano Aserito en las riendas


El defensor de la caballeriza El Cedro del Líbano traía experiencia de un par de carreras en Palermo y en el hipódromo de Azul venció a otro local, Galán de Barrio, en el clásico organizado por la serie de la Fundación Equina Argentina 


 

Discret Seiver (Super Saver) el potrillo de mejor experiencia de los ocho que compitieron en el Clásico Estrellas Azuleñas (1200 m), hizo pesar en el final esa característica en un grupo de ejemplares que buscaban su primer triunfo. Además, el alazán se impuso con un jockey que está en una etapa destacada de su campaña, Maximiliano Aserito, y un entrenador que no le va en zaga, Gonzalo Sarno (foto), el cuidador de Luthier Blues, nada menos.

Y por encima de ese fogueo de dos carreras en Palermo [terminó 6° y 7°], de la velocidad este potrillo criado en Firmamento, del respaldo de un notable equipo, lo que resalta es todo lo que generó a su alrededor el ganador, después de los aplausos que su jinete respondió con el brazo derecho en alto y el pulgar arriba.

“Trabajo mucho, todos los días, para ganar estas carreras”, dijo Aserito. “Gonzalo me dijo ‘dale intención para correr adelante’, pero si se hace violento el desarrollo tratá de que venga tranquilo. Cuando lo puse 3° y 4° me venía ayudando en todos lados y en cuanto entró en la recta le junté las riendas y arrancó muy bien”. El uruguayo es optimista con el futuro de Discret Seiver: “Me demostró que tiene mucha clase; varios potrillos estaban nerviosos antes de largar y él siempre tranquilo”.

Así fue. Discret Seiver corrió sereno en el comienzo y en el final del codo, donde  Galán de Barrio (Galán de Cine) consolidaba el liderazgo que ejerció desde pocos metros después de la largada. Tan bien defendía su posición el puntero que solo en los 150 finales le dio alcance Discret Seiver, que en el disco marcó una clara diferencia.




Luis Olguín es el propietario del stud El Cedro del Líbano, al que pertenece el ganador de Estrellas Azuleñas: “Se trabajó mucho. El caballo hizo lo que había dicho el cuidador”, resumió sobre la carrera, y luego sorprendió a los que lo escuchaban pero no son de Azul. “Es una satisfacción enorme, yo fui peón del abuelo de Gonzalo [Sarno]”, reveló para los forasteros.

Gonzalo comentó: “Somos un equipo y los resultados están llegando. Debutó muy inmaduro, a 45 días de haber llegado al stud; la 2ª corrió bastante bien, peleando con uno de Juan Saldivia”. Sobre el futuro, reflexionó: “Quizá vaya a más distancia, todavía sigue siendo inmaduro, creo que tiene mucho para adelantar”, y enfatizó con orgullo que “es el quinto clásico de las Estrellas que ganamos”.














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