lunes, 14 de marzo de 2022

Gonzalo Sarno, entrenador del notable Luthier Blues, comprado en un remate de El Paraíso en Azul: "Gracias a Dios salió un caballo útil"



A la izquierda, de camisa oscura, Gonzalo Sarno celebra el 10° pesaje de Luthier Blues (Hapsa)

 
Desde que el propietario Walter Roldán lo adquirió para su stud, Kirby's, el zaino ganó 10 carreras sobre 16, incluidas dos de Grupo 1; en la última, el Clásico Irlanda (G 3), en la recta de Palermo, marcó 53.88 para el kilómetro 


Seis triunfos al hilo ahora, diez en total, incluyendo los Grupo 1 Félix de Álzaga Unzué y Maipú, en tremendas actuaciones en las que mató los 55s como si viniera de trote; justamente el Unzué, en diciembre, había sido su última salida por plata. Para Luthier Blues (Le Blues), el zaino que llenó de aplausos y gritos el atardecer de Palermo después de ganar el Clásico Irlanda (G 3-1000 m), correr como nunca es hacer lo de siempre. Se emplea aunque nadie lo apure, ni haya rivales que lo hagan temblar en las gateras.

Este domingo 13, Brian Enrique lo trajo sin apuro en el comienzo, en una línea casi con sus cinco rivales, pero siempre con ese poder locomotivo que sale de las patas y se estira en las manos, como si dos zancadas suyas fueran una del resto. Así, en 400 metros se fue alejando de Zamindar Quit (Remote), hasta que cruzó el disco con ocho cuerpos de ventaja, en 53.88.

Gonzalo Sarno, entrenador de Luthier Blues, tiene la historia del caballo metida en su cerebro y en su corazón tan honda que no le preocupa contarla de nuevo, desde aquel remate que hizo El Paraíso, el criador, hasta hoy, siempre en el stud Kirby’s, de Walter Roldán. Gente de Necochea. “Lo tengo de potrillo, en Azul. Lo domamos allá, hizo sus primeras armas ahí. Fue criado en el haras El Paraíso y lo compró Walter Roldán en un remate Selección en Azul, y lo llevó al stud. Gracias a Dios salió un caballo muy útil”.

Suena sencillo, del mismo modo en que se muestra este cuidador de 28 años, que no se cuelga medalla alguna. “Salvo el Clásico de las Estrellas Azuleñas, que ganó en 1200 m, él siempre ganó en 1000”. La campaña también está grabada en Gonzalo: Luthier Blues perdió en 1400 m las Estrellas Cervantinas y una común de 1100 en La Plata. Las Estrellas de Palermo son asignaturas pendientes: fue tercero en el Junior Sprint y segundo en el Sprint, las dos en el kilómetro, claro.

“Es un gran momento del caballo; en esta cancha había echado 53 y monedas… [un poquito menos que el domingo]. Estamos muy contentos por su rendimiento. Esta vez ganó muy fácil; si bien era una carrera brava porque los caballos de La Pampa –Zamindar Quit y Le Meridien (Le Blues)- venían de hacer un buen papel y Luthier Blues volvía de un descanso, ganó como esperábamos”.

Sin hacer un estruendo, la barra que acompañó a Sarno y a Walter Roldán hizo su fiesta en el pesaje. Gente de Azul, se supone, ya acostumbrada a celebrar con el sensacional velocista y el entrenador. “Siempre anduve con los caballos de carreras, me crié entre las patas de los caballos. Arranqué a los 13 o 14 años como peón con mi papá, Gustavo, y siempre trabajamos juntos”. Gonzalo abre las primeras páginas de su historia y Luthier Blues ya se lleva el capítulo más importante.













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