viernes, 19 de noviembre de 2021

Zuran Zuran y Miriñaque conmovieron el Dardo Rocha, en la tarde en que Francisco Leandro Gonçalves se graduó de jockey para la historia

 

Duelo de tordillos: a la izquierda, Zuran Zuran; a la derecha, Miriñaque


En el día en que Francisco Fernandes Gonçalves les robó el cartel a todos, incluso a los caballos gigantes que hicieron espectacular la jornada del 19 de noviembre en el hipódromo de La Plata, Zuran Zuran (Remote) se quedó con el Gran Premio Dardo Rocha (G 1-2400 m) con una atropellada increíble llevado por un jockey increíble. El brasileño ganó los tres clásicos emblema del Bosque, que celebran el día de la ciudad como ninguna otra actividad de la provincia lo hace. El líder de la estadística, que no falta nunca a la cancha ni a las carreras, ya se había alzado con el Clásico Ciudad de La Plata (G 2-1200 m), con Rudy Trigger (Cosmic Trigger) y con el Gran Premio Joaquín V. González (G 1-1600 m), con Don Empeño (Exchange Rate) cuando todos se preguntaron ¿y si gana también el Dardo Rocha? Porque la verdad es que Zuran Zuran pintaba para ser el enemigo de Miriñaque en la pizarra, o sea que tenía la chance al alcance de la mano.

Al día siguiente del anterior triunfo del defensor del stud Anaxor en el Clásico Stud Book Argentino (L-2200 m) platense, uno se encontró en Palermo con Eduardo Tadei y le transmitió la notable imagen que le había mostrado esa gran actuación del tordillo –se impuso por cuatro cuerpos a Wonderful Key-; el entrenador resumió su respuesta en cuatro palabras: Ahora, al Dardo Rocha. Zuran Zuran había debutado con victoria en Palermo, en enero, y tras su única caída en los 1600 m allí, en su segunda actuación, viajó cuatro veces a La Plata. Ayer fue la quinta. Todas terminaron en triunfo. Y con exigencias in crescendo.

Los avatares de los jockeys –de la vida- pegan a veces en contra, y son muy crueles, y a veces en favor. Kevin Banegas, el jockey de Zuran Zuran en aquel estreno triunfal y en las tres conquistas siguientes al viajar a La Plata (en su única derrota, en Palermo, lo condujo Edwin Talaverano) sufrió la fractura de un fémur en una rodada en el hipódromo porteño y Gonçalves lo reemplazó en el clásico listado. Ahora también él esta invicto con el héroe de los eucaliptos y revirtió la adversidad de quedarse sin Miriñaque (Hurricane Cat), por decisión de sus responsables tras el Latinoamericano, para volverla satisfacción gigante, en el Dardo Rocha. Con todo, la muestra de que esa determinación fue más que nada técnica, está en que Leandro fue la monta de Rudy Trigger en el clásico de la corta, al que prepara María Cristina Muñoz, igual que al tordillo.

La sonrisa de Leandrinho estaba pegada desde que cruzó el disco, como siempre. Obligado a correr no más cerca de la mitad del lote por largar en la puerta más externa y con dos codos para negociar, su caballo pareció tener una atropellada tardía. Pero no tanto. Cuando arrancó a media cancha daba toda la impresión de que no llegaría. Por la  distancia y porque adelante ya estaba Miriñaque, un coloso, un caballo descomunal. Gustavo Calvente le pidió lo último al león de Parque Patricios, el cuerpo doblado hacia la cruz de su montado, rozando el pescuezo. Gonçalves era el demonio en la montura de al lado. Casi no hubo tiempo de que se juntaran. Zuran Zuran pasó de largo y ganó sin luz, por tres cuartos de cuerpo, en 2m29s57/100.

Luego del paseo triunfal con el palafrenero por cada tribuna y sin dejar de sonreír, dijo Gonçalves: “Fue una carrera muy disputada, le ganó a un gran caballo como Miriñaque. Se puso muy bravo por los 400. Lalo (Tadei) es un gran entrenador. Me siento un privilegiado por haber ganado los tres clásicos de hoy. Agradezco a la gente, el triunfo es de ustedes también”, declaró ante Daniel Sinegub, de la TV del hipódromo. En esos 400 que menciona, fue donde Zuran Zuran no aceleraba, luego de seguir los pasos de Miriñaque, que empezaba a alejarse.

Hubo otras muy buenas actuaciones: Emprestado (Catcher in the Rye) fue el puntero hasta la recta, a la que entró casi a media cancha y cedió mucho terreno, pero reaccionó y terminó cuarto; Lord of Lords (Master of Hounds), tercero, estuvo siempre cerca, Juan Villagra no lo dejó perder un centímetro y entró en la recta por los palos y asomó en la punta, hasta que aparecieron Miriñaque y Zuran Zuran, y Wonderful Key (Key Deputy), empujó los parciales desde la suelta y finalizó quinto.

Como si lo imitara al jinete –o a lo mejor se contagió- Tadei sonreía, sin sacar su brazo derecho de los hombros de Leandrinho, al que le dio un beso fuerte, como para que le doliera la mejilla. Lalo también fue jockey, empezó en La Plata su etapa de entrenador y quizá esto de traerle al hipódromo de la ciudad que cumplió años un gran caballo fue más que buscarle el mejor rumbo. Quién sabe si no es un regalo y un agradecimiento.













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