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Johnson y el tordillo que es su orgullo / @imgriffinjohnson |
El tordillo Sandman atravesó la frontera de las carreras gracias a las redes sociales, de la mano de la afición de uno de sus propietarios, que busca que los jóvenes conozcan el trabajo que existe más allá de los hipódromos
El hecho de que un joven estudiante de Enfermería de los Estados Unidos se convirtiera en influencer no llama la atención en estos tiempos. Tampoco si ese especialista en Social Media, con millones de seguidores, incursiona en las carreras de caballos no por ser un apostador. Pero en un medio ávido por atraer nuevos aficionados, cuya base etaria -más de 50 años- no es muy afecta a las redes sociales, el caso de Griffin Johnson sobrepasa el alcance convencional del turf. Más aún si el experto en comunicación vía Tik Tok (9,7 millones de seguidores) e Instagram (2,6 millones), entre otras plataformas, integra la sociedad propietaria de un caballo de la Triple Corona que con la sola unión con el nombre “Kentucky Derby” devino el mayor propalador de una actividad que lucha por generar un renovado interés público.
Sandman es un hijo de Tapit que, entre un amplio grupo de dueños suma a West Point, un conglomerado que acepta socios que compren acciones y se les adjudica, por ejemplo, un 2,5%, que es el caso de Griffin, al que dos amigos lo tentaron con la inversión y que por hacer una comparación cercana, es como el stud Blacktype Bloodstock, que en nuestro medio organiza Mariano Semowoniuk.
La largada con algún golpe fue decisiva para que Sandman terminara 7° en el Derby, al que se había clasificado por los puntos que obtuvo, por caso, al ganar el Arkansas Derby (G 1).
“Este es un ambiente muy completo, tanto para que disfrute una familia como para los negocios”, da su punto de vista Johnson, de 26 años, al margen de cualquier resultado en la pista. Y revela que los caballos no son una ajenos a su historia: “Nací en la frontera de Illinois con Indiana, a sólo tres horas de Churchill Downs. Crecí entre haras, cortando alfalfa…”.
En una emisión de Writers Room, el podcast de Thoroughbred Daily News (TDN), comentó: “Me recomendaron entrar en la sociedad y Sandman me introdujo en ese mundo. Es un deporte noble, hay que ver todo lo que se trabaja, el énfasis en el bienestar animal. Quiero sacar el prejuicio de que el caballo es maltratado. Me pareció bien el poder difundir los cuidados que tienen en los establos”.
Con sus videos en las redes, Griffin interesó a muchos que ignoraban los cuidados en los hipódromos. “Cada vez me piden más cosas sobre carreras, qué comen los caballos, cómo duermen y los invito a asistir, desafío a los millennials a que vayan un fin de semana al hipódromo”. Hoy, trabaja el tema “con la Gen Z [de los 13 a los 28 años] y algunos millennials que están en Tik Tok, desafiándolos a ir al hipódromo y estamos iniciando una tarea para rehabilitación de los caballos”.
Griffin ya sabe que tuvo suerte por tener un caballo para el Kentucky Derby “entre miles”, y, con humor, hace una especie de clasificación que los conocedores nunca olvidan: “Soy conciente de que por un lado están los que pusieron su corazón y su alma en este deporte durante toda su vida sin poder tener un caballo siquiera para el camino al Derby, y por otro lado estoy yo”, se ríe. “Por eso quiero difundir esto y explicar lo que las carreras realmente son”, enfatiza, serio.
Randy Moss, uno de los entrevistadores, junto con Zoe Cadman y Bill Finley, le contó a Griffin las penurias del turf para atraer público joven, y le preguntó cuáles son los grandes desafíos que enfrentan las carreras para acercar más jóvenes como él. “Es el objetivo más grande que tengo y creo que tener una parte de Sandman fue una especie de regalo de Dios, como si me dijera que es tiempo de traer más aficionados y que la mezcla de redes sociales y entretenimiento tradicional debe encontrar su sinergia, junto con la cobertura de los medios”.
Ray Paulick, prestigioso periodista, ex director de The Blood-Horse y a cargo actualmente del diario digital Paulick Report, afirmó en un editorial: “No soy un experto en redes sociales, pero el interés de este joven [Griffin] en poseer un caballo y haacer que millones de seguidores conocieran mejor nuestro deporte tiene mucho más valor que algunos otros ‘influencers’ contratados para promover eventos turfísticos”.
Griffin Johnson asegura que la serie de Netflix Carrera a la Triple Corona “es lo que nuestro deporte necesita. La serie es fenomenal, vimos lo que pasó con la de Fórmula 1 y su documental; cambiaron la imagen del deporte, aumentaron las audiencias”. El entusiasmo de Griffin está intacto, como su confianza en Sandman, que este sábado irá en busca de su desquite en el Preakness Stakes (G 1-1900 metros), la segunda gema de esa Triple Corona, en el hipódromo de Pimlico, un templo hípico que será escenario de la etapa intermedia por última vez, ya que será demolido luego, para dar lugar a un escenario más moderno.
Otra señal de los tiempos.
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