William Pereyra fue paciente para desatar la atropellada de Don Latido (7) con la que venció a Colifato Novo |
Los caballos de la familia Basombrio obtuvieron los clásicos Urbano de Iriondo y Melgarejo-Copa Regimiento de Infantería Patricios, en una temporada que "costó poner a algunos productos", aseguró el entrenador
El gran fin
de semana de San Benito, como criador y propietario fue un oasis en la temporada
para la divisa de la familia Basombrio, con Andrés a la cabeza y Manuela, una de
sus hijas, como motor de la operación en la caballeriza y las carreras. Don
Latido (John F Kennedy), en el Clásico Urbano d Iriondo (L-1400), y Doña Enigma
(Fortify), en el Clásico Melgarejo-Copa Regimiento de Infantería 1 Patricios
(L-
Incluso la forma en que se impusieron ambos fue similar. La táctica de Don Latido estaba cantada: la presencia de Colifato Novo (Lenovo) “obligaba” a todos sus rivales a venir a la expectativa. De regreso al césped del hipódromo del Jockey Club, este defensor de la caballeriza El Ranquel, de San Luis, parecía listo para retomar la senda de triunfos que abandonó en la Polla de Potrillos (G 1) y el Gran Premio Palermo (G 1), sobre la arena porteña. Y volvió a su receta de puntero irreductible, pero esta vez quedó segundo a medio cuerpo de Don Latido, que lo doblegó cerca del disco, de atropellada.
En el equipo
de San Benito, Carlos Daniel Etchechoury es esencial y William Pereyra ya está
afirmado. Ambos son los responsables de estas victorias. El jockey quiso esperar
todo lo que podía con un caballo que reaparecía luego de dos meses y medio, un
acierto porque Colifato Novo s defendió con más agallas que fuerza en el final,
pero no le alcanzó ante Don Latido, que obtuvo su 7° triunfo por medio cuerpo.
En el
clásico para yeguas, a Doña Enigma le resultó más fácil imponerse, pese a que
fue apenas el segundo en cuatro actuaciones. No fue solamente por haber ganado
por un margen más holgado que su compañero -dos largos y medio- sino porque la ayudó más el desarrollo,
cuando le quedó libre la línea central de
la cancha para arremeter.
Dany Etchechoury
hizo un buen resumen de las conquistas del sábado: “Fue un doblete espectacular
para San Benito, algo que siempre viene bien, sobre todo en un año en el que
los productos no tuvieron mucha sanidad por cosas de poca importancia, pero fue
transcurriendo el año y costaba mucho ponerlos. Por suerte ahora se están
acomodando”, reveló el entrenador.
Sobre Don
Latido, dijo: “Es un caballo bárbaro, muy irregular porque cuesta darle el mejor
estado a la mañana y mantenerlo, pero es muy parejo en las carreras y cuando le
dimos un corto descanso subió 10 kilos y eso le vino bárbaro. Siempre pensamos
que estaba para estas carreras; el clásico era muy bravo pero hubo un gran
trabajo de Willy [Moreyra] y salió bien. Don Latido merecía un triunfo como
este porque es un buen caballo”.
Y respecto
de Doña Enigma, contó un detalle decisivo: “Lo de la potranca es un gran merito
de Manuela porque yo me hubiera inclinado por correr la categoría de ganadoras
de una que teníamos el mismo día”. Etchechoury señala un detalle que suele observarse
en los sangre pura de carrera. “Es una yegua que en la cancha por ahí no te
deslumbra y cuando la traes al pasto se agranda un poquito. La cuestión de los
kilos tenía que llevar era favorable, entonces se decidió correrla en el
clásico y respondió espectacularmente. Se dio que los dos caballos llegaron muy
bien al sábado y todos quedamos muy contentos”.
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