Osvaldo Alderete trabajó duro y con acierto, en la silla del galopador Mannarino / Foto: Prensa Palermo |
Uno es el entrenador de Mannarino, que ganó el Clásico Coronel Martínez (G 3), y Pella celebró en el Francisco Beazley (G 2) con una potranca debutante, Inconmensurable; los dos trabajaron juntos en los 80, como jockey y cuidador
El viernes
13, cuando Roberto Pellegatta dio otra demostración de su sabiduría en uno de
los dos clásicos que se corrieron en Palermo, coincidió que en el otro obtuvo el
triunfo uno de los muchos discípulos que tuvo a lo largo de su extensa campaña
cono entrenador, Pedro Molina. Roberto ya había cosechado la primera chapa en el
Clásico Francisco J. Beazley (G 2-
“Empecé a correr en 1978 y desde 1980 al 84 le corrí a Pellegatta; estábamos el Turco Sahagian, que era monta de La Pampita; Isidro Vilte, Omar Labanca, y yo”, recuerda ahora Molina, cuyos éxitos clásicos con el cronómetro en lugar de la fusta datan de finales del siglo XX.
“En 2000 cuidé
a John Dual (Johnny’s Prospect), que ganó la Copa de Oro (G 1) y fue cuarto en el
Pellegrini. Al año siguiente volvimos a correr esos clásicos: perdió por ventaja
mínima la Copa de Oro y se rompió en el Pellegrini; con Cumbrecita (Luhuk)
ganamos el Correas (G 1), y The Lord (Southrn Halo) fue 2° en el Álzaga Unzué
(G 1)”, enumera
Sobre
Pellegatta se suele decir que sus caballos “no reprisan”, para graficar el
método que aplica para devolver a la competencia un ejemplar que pasó un tiempo
sin correr por plata y que consiste en ejercicios serios. No es el caso exacto
de Inconmensurable, que debutó en un Grupo 2. “La anoté tres veces y las tres
veces las carreras se anularon”, reveló el entrenador. Los propietarios tenían entre
ceja y ceja el Selección y su yegua, con aire para la distancia, debía debutar
antes. El Beazley fue la solución.
Por su
lado, el stud Lasc Brujas, de Mario Ravetino y Marcelo Raffo, y Pedro Molina, transitaron
otro camino para llegar al Clásico Coronel Martínez, más azaroso, pero también
Mannarino es un galopador que se sintió cómodo en la larga.
“Lo vi en
la muestra de Abolengo para una venta y me gustó, entonces lo compramos en el remate.
Siempre pintó bien; el día del debut, en la milla, le tocó césped pesado y
fracasó feo; para la siguiente lo anotamos de nuevo en el pasto de San Isidro y
llovió otra vez el día anterior, pero tuve la suerte de que la pasaron a la arena
y ganó por varios cuerpos: dio 131 pesos a ganador”, hace memoria Molina,
todavía asombrado y con la pizarra aún temblando.
“Les dije a
los patrones que con más tiro iba a correr mejor, y era difícil encontrar una
carrera en
-No es difícil imaginar lo que seguirá.
-Si todo
sigue bien correrá el Casey (G 2-
Roberto
Pellegatta, un formador de entrenadores como lo es el legendario D. Wayne Lukas
en los estados Unidos, ganador de 4 Kentucky Derby, anima a sus discípulos a emanciparse
y hacer su propio camino.
Lukas fue maestro, entre otros, de Todd Pletcher y Kiaran McLaughlin, quienes prepararon a More Than Ready (Southern Halo) y al gran Invasor (Ride The Rails). Aquí y allá, Pellegatta y Lukas son quizá los entrenadores más conspicuos entre los muchos maestros, indispensables para transmitir el arte de entrenar caballos de carrera.
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