domingo, 15 de septiembre de 2024

Pedro Molina no se había olvidado de ganar clásicos, sólo estaba esperando el día que su maestro, Roberto Pellegatta, rompió el molde

Osvaldo Alderete trabajó duro y con acierto, en la silla del galopador Mannarino / Foto: Prensa Palermo



Uno es el entrenador de Mannarino, que ganó el Clásico Coronel Martínez (G 3), y Pella celebró en el Francisco Beazley (G 2) con una potranca debutante, Inconmensurablelos dos trabajaron juntos en los 80, como jockey y cuidador



El viernes 13, cuando Roberto Pellegatta dio otra demostración de su sabiduría en uno de los dos clásicos que se corrieron en Palermo, coincidió que en el otro obtuvo el triunfo uno de los muchos discípulos que tuvo a lo largo de su extensa campaña cono entrenador, Pedro Molina. Roberto ya había cosechado la primera chapa en el Clásico Francisco J. Beazley (G 2-1800 m) con Inconmensurable, en el momento en que Pedro se llevó el Coronel Miguel F. Martínez (G 3-1800  m) con Mannarino, con lo que se consumó además un notable doblete del padrillo Cosmic Trigger.

“Empecé a correr en 1978 y desde 1980 al 84 le corrí a Pellegatta; estábamos el Turco Sahagian, que era monta de La Pampita; Isidro Vilte, Omar Labanca, y yo”, recuerda ahora Molina, cuyos éxitos clásicos con el cronómetro en lugar de la fusta datan de finales del siglo XX.

“En 2000 cuidé a John Dual (Johnny’s Prospect), que ganó la Copa de Oro (G 1) y fue cuarto en el Pellegrini. Al año siguiente volvimos a correr esos clásicos: perdió por ventaja mínima la Copa de Oro y se rompió en el Pellegrini; con Cumbrecita (Luhuk) ganamos el Correas (G 1), y The Lord (Southrn Halo) fue 2° en el Álzaga Unzué (G 1)”, enumera

Sobre Pellegatta se suele decir que sus caballos “no reprisan”, para graficar el método que aplica para devolver a la competencia un ejemplar que pasó un tiempo sin correr por plata y que consiste en ejercicios serios. No es el caso exacto de Inconmensurable, que debutó en un Grupo 2. “La anoté tres veces y las tres veces las carreras se anularon”, reveló el entrenador. Los propietarios tenían entre ceja y ceja el Selección y su yegua, con aire para la distancia, debía debutar antes. El Beazley fue la solución.

Por su lado, el stud Lasc Brujas, de Mario Ravetino y Marcelo Raffo, y Pedro Molina, transitaron otro camino para llegar al Clásico Coronel Martínez, más azaroso, pero también Mannarino es un galopador que se sintió cómodo en la larga.

“Lo vi en la muestra de Abolengo para una venta y me gustó, entonces lo compramos en el remate. Siempre pintó bien; el día del debut, en la milla, le tocó césped pesado y fracasó feo; para la siguiente lo anotamos de nuevo en el pasto de San Isidro y llovió otra vez el día anterior, pero tuve la suerte de que la pasaron a la arena y ganó por varios cuerpos: dio 131 pesos a ganador”, hace memoria Molina, todavía asombrado y con la pizarra aún temblando.

“Les dije a los patrones que con más tiro iba a correr mejor, y era difícil encontrar una carrera en 1600 metros para potrillos de 2 años”. Tras esa revelación, lo que será difícil es volver a ver a Mannarino correr en el pasto. “Corrió el Old Man (G 2), donde entró cuarto y en el Cané quedó entre Nooresh y Descamisado, que luego arrimaron en la Polla”. Molina dedujo que la primera carrera de la Triple  Corona iba a “salir brava” y optó por saltearla para ir directo a estos 1800 metros “que le iban a venir mejor por la distancia, y se nos dio”, pensó.  

-No es difícil imaginar lo que seguirá.

-Si todo sigue bien correrá el Casey (G 2-2200 m), en octubre, y el Nacional (G 1-2500 m), en noviembre. Con Osvaldo Alderete –su jockey- siempre decimos que más distancia será mejor para el potrillo; tiene grandes condiciones de galopador.

Roberto Pellegatta, un formador de entrenadores como lo es el legendario D. Wayne Lukas en los estados Unidos, ganador de 4 Kentucky Derby, anima a sus discípulos a emanciparse y hacer su propio camino.

Lukas fue maestro, entre otros, de Todd Pletcher y Kiaran McLaughlin, quienes prepararon a More Than Ready (Southern Halo) y al gran Invasor (Ride The Rails). Aquí y allá, Pellegatta y Lukas son quizá los entrenadores más conspicuos entre los muchos maestros, indispensables para transmitir el arte de entrenar caballos de carrera.
























           

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