sábado, 17 de agosto de 2024

De clásico extraordinario a clásico común en 2025: ayer fue la última función del histórico Pueyrredón en 3000 metros

 


La largada frente a las tribunas, un emblema del Pueyrredón / Prensa San Isidro


La carrera que debutó en el calendario de Palermo en los inicios del siglo XX y que el Jockey Club trasladó a San Isidro luego, ya había sido reducida desde los 4000 metros y el años que viene pasará a la distancia de 2400 que marca la modernidad 


Esa carrera extraordinaria que fue hasta este viernes 16 de agosto de 2024 el Clásico General Pueyrredón (G 3-3000 m) dejará de serlo en la versión del año que viene luego de que el Jockey Club decidiera bajar su extensión a 2400 metros. Aquel hito fue una curiosidad que atrajo a todo el público, entendidos y neófitos, que observaban una largada frente a las tribunas Paddock y Populares con todos sus preparativos, las voces del starter y los jockeys, el trabajo de los asistentes de gateras... 


Está bien, actualmente los hipódromos disponen, en fechas especiales, de tours para presenciar las largadas, y en Palermo los clásicos de 2500 metros parten entre la tribuna Oficial y la Especial, pero el Pueyrredón tiene otro sabor. Es una tradición, lo mismo que el Gran Premio 1000 Guineas (G 1), que ya había perdido su identidad y era el Clásico Mil Guineas (G 2). Aquel Gran Premio que incluyeron los primeros integrantes de la Comisión de Carreras de la reapertura de San Isidro en 1979, que presidió Roberto Vasquez Mansilla y que integraban entre otros Ignacio Pavlovsky, César Iraola, Miguel Lagos Mármol y Clemente Zavaleta, acompañados por el periodista Carlos Cardoso. Las Mil Guineas sucumbieron al influjo de las reglas de la International Federation of Horseracing Authorities (IFHA) y sus ratings.

El Pueyrredón no. Comenzó a correrse en Palermo y en San Isidro se largaba en los 4000 metros desde el codo de la avenida Santa Fe, con nombres ilustres como Lombardo (en Palermo) en 1925, el gran Calidoscopio, Life of Victory, que ya había ganado el Carlos Pellegrini (G 1) cuando el stud El Gusy, de Juan Garat lo anotó para ganarlo en 2008. También hubo finales memorables como el de 1993, en el que Law Breaker, de Las Dos Manos, entrenado por Juan Udaondo y dirigido por Juan Alvis, se impuso por media cabeza en una definición de cuatro caballos en una línea que incluyó a Sabemás, Pirque y Dragon Jack... después de correr tres kilómetros.

Es cierto que los tiempos cambiaron, que esperar más de 3 minutos la resolución de un juego compite con otros en los que basta apretar botones a repetición ante una pantalla para saber el destino de la apuesta, y que las distancias de las carreras, más breves, permiten llenar programas. Pero el extraordinario Pueyrredón no pertenece a ninguna de esas categorías. Es un desafío para maratonistas de cuatro patas que genera un espectáculo diferente en el turf; una de las pocas carreras en que una buena estrategia puede vencer a la velocidad. Y que sigue teniendo apuestas.

Los hipódromos pierden cuando los programas son de baja calidad, no cuando un clásico pueda antojarse arcaico para algunos progresistas hípicos. 

Ayer, el Clásico Pueyrredón contó con 19 inscriptos (¡sorpresa!), que se convirtieron en 18 por una única ausencia, y valió pasar un rato de frío pegados a la verja para ver el triunfo de He’s A Rockstar (Endorsement) por dos cuerpos ante Soñador Spring (Greenspring). No hubo fila india entre los restantes. Los pulmones y los músculos se siguen entrenando bien.

      



Vea a la transmisión tocando este Link https://youtube.com/live/oshaISDIyt8?feature=share   /   www.fallowremates.com

















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