La hija de Fortify conservó su invicto por el pescuezo ante Gran Mirella / Foto Hapsa |
La yegua de Vacación enfrentó la marea de Tinta Roja y su juego de equipo, y venció por el pescuezo a Gran Mirella, con el puntero Mago Beto tercero, sin poder defender el favoritismo que se ganó con su victoria clásica previa
La sonrisa
casi nunca desaparece del rostro de Francisco Fernandes Gonçalves y ayer, en
Palermo, tenía motivos, 10 minutos después de llevar al triunfo a Dulce
Despertar (Fortify) en el Clásico Pedro y Manuel A. Crespo (G 3-
Pero fue
Iván, el hijo mayor del jockey, el que lo hizo reír cuando se le acercó a la
salida de la balanza, a los saltos, alegre como siempre. “Ahora voy a comer
algo”, le dijo Leandrinho para serenarlo (como si fuera uno de esos punteros
desbocados que tiene que guiar), revelando la realidad en la que estuvo inmerso
desde la noche anterior, el último momento que le concedió a su cuerpo para
ingerir alimento, con el fin de dar los 53 kilos que la defensora de Vacación
debía cargar en el clásico para productos de 2 años.
“Valió la
pena” dijo el piloto, más serio. “Es la mejor potranca que tengo hoy por hoy en
la temporada; lo tenía que demostrar esta vez contra los machos y lo
hizo”. No era sólo con los potrillos
contra los que debía rendir una prueba la yegua que presentó Marina Bragante
Lopez, porque a Mago Beto (Dabster), el ganador del Clásico Pedro Luro (G 2) y
favorito, se sumaba otra potranca, Gran Mirella, la misma que fue distanciada
en el Saturnino Unzué tras el accidentado final en el que le fue adjudicado el
primer puesto a Papusa Pass (Distinctiv Pass).
Sobre el
futuro, opinó el piloto ganador: “Hasta la milla debe llegar sin problemas; hoy
tuvo un desarrollo muy favorable pero había que quebrar al equipo de Tinta
Roja”. Y sobre el temperamento de la nieta de Roman Ruler, describió: “Tiene su
carácter, pero hace todo bien; es muy pronta para todo y solamente a veces hay
que controlarla, porque si no, se pasa un poco”.
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