El defensor del stud El Timo, de Azul, consiguió su primera victoria clásica en el General Viamonte (G 3), sobre la recta de San Isidro, con Jorge Peralta en las riendas y guapeando ante Santos Davos, en un sensacional desenlace
Por media cabeza se impuso Señor de Salva (muserola blanca) |
En el
Clásico General Viamonte (G 3-
“Lo tenía que haber corrido en el Encuentro Provincial (Invierno) y no pude. Lo dejé por otro caballo [Giant Along, 7°] y ganó. Después me lo volvieron a dar. Hoy [el sábado] guapeó, me mandaron a traerlo tranquilo y cuando lo puse a correr me respondió”, cuenta Peralta. “Es muy manso; si lo dejás queda atrás de todos. La primera vez que lo corrí, en Palermo, lo dejé que se acomodara solo y quedó muy lejos, por eso no llegó”, reflexiona el jinete de 29 años. “Estoy muy contento, me está yendo muy bien, séque hay que aprovechar las oportunidades porque no se sabe cuántas veces va a pasar el tren”.
Ahora el
que describe es Héctor Montoya, el entrenador de Señor de Salva: “Es un buen
caballo, que ganó debutando en Azul y en el Encuentro Provincial de Palermo,
siempre a los 2 años. Cuando cambió de categoría, a los 3 años, fue segundo
entre ganadores de una”.
Hasta ahí,
lo que dice la tabulada. Son demostraciones de un caballo que sirve. “Después
tuvo un par de percances y se topó con caballos como Arellano y otros ganadores
de clásicos de Grupo, y aunque no corrió como esperábamos no entró lejos”. Allí
vino un cambio que ahora ofrece sus frutos. “Lo trajimos al pasto, ganó, y
repitió en la recta de Palermo. Entonces quisimos encarar los clásicos”. Su pupilo
volvió a entonarse.
Montoya asegura
que le tenía confianza a su caballo para esta carrera. Y sobre el jockey, el
cuidador revela detalles que explican los cambios: “La idea era que lo corriera
siempre Peralta, pero tuvo compromisos y en el Encuentro Provincial lo montó Elías
Martínez, que tampoco pudo seguir y vino Gonzalo Borda hasta que se accidentó”.
Ahí volvió Peralta.
“A lo mejor
nos perjudicó el desarrollo esta vez por la forma de correr de Señor de Salva,
pero ganó guapeando. Ahora sabemos que puede correr en San Isidro o en Palermo;
personalmente me gusta cómo se adaptó al pasto”.
Uno no puede evitar preguntarle a Montoya, que entrena en Azul, por su hipódromo. “Es un hipódromo en el que te da gusto cuidar, tiene muy buenas instalaciones, está muy bien manejado y la cancha es muy linda, bien mantenida. La Comisión de Carreras trabaja mucho, pese a que no recibe regularmente la ayuda del Fondo de Reparación”. De allí salió el ganador del Clásico Viamonte y vale destacarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario