White Abarrio, cuando ganó el Whitney (G 1), en Aqueduct / Coglianese Photo |
A una semana del festival de carreras estadounidense, que tendrá su 40a versión en Santa Anita, los controles veterinarios oficiales se intensifican y, además de prevenir por una lesión de la yegua argentina, hicieron que un candidato del Classic postergara un ejercicio
La adecuación a los parámetros que marca la Federación Internacional de Autoridades de Carreras de Caballos, hasta hace poco impensados en los Estados Unidos (no por desobediencia sino más bien por las mil asociaciones que cada Estado tiene, con reglas propias) es una realidad que avanza cada vez con más fuerza.
El bienestar
animal es uno de los grandes objetivos de la institución que preside Winfried
Engelbrecht-Bresges, reciente visitante de la Argentina para el Gran Premio
Latinoamericano (G 1). Esa tendencia se observa en los días previos a la
Breeders’ Cup, del próximo fin de semana en Santa Anita Park, cuando los
controles a los competidores arrojaron, por caso, la recomendación para
preservar a la argentina Belleza de
Arteaga ante el hallazgo de un hematoma en un hueso de un nudo, que podría
desencadenar en una lesión más grave, por lo que Eduardo Valenzuela, su
propietario, y el entrenador Juan Saldivia aceptaron el diagnóstico de los
veterinarios de Breeders’ Cup Ltd. y del California Horse Racing Board (CHRB),
y retiraron a la hija de Cosmic Trigger del Distaff (G 1).
En la
semana se conoció otro caso, el de White Abarrio (Race Day), que está inscripto
en la carrera máxima del festival, el Classic (G 1-2000 m-6 millones de dólares
en premios), donde es una de las figuras. El tordillo no pudo hacer un ensayo
el martes por un problema con las herraduras e incluso fue necesario que
viajara a Los Ángeles su herrador, para solucionar el problema. Luego vareó con
normalidad y ayer hizo una partida de 59s4/5 los
Los
acontecimientos que se encadenaron en la última temporada de Saratoga, Nueva
York, en agosto, con ocho caballos muertos en carrera (uno de ellos por un
ataque cardíaco) refuerzan las iniciativas hacia la protección del turf en
Norteamérica. El incidente que más trascendencia escaló fue el del invicto de 3
años New York Thunder (Nyquist), que en el H. Allen Jerkens Memorial Stakes (G
1-
Después de una extensa serie de accidentes fatales entre 2019 y 2020 en Santa Anita Park, los hipódromos y el CHRB implementaron medidas para reducir la cantidad de lesiones terminales, como más restricciones al uso de medicamentos, el incremento de los exámenes veterinarios, los controles previos a la competencia y foros para entrenadores.
Hace once años, en Aqueduct, otro hipódromo del Estado de Nueva York, también hubo una serie de accidentes fatales, pero hubo reclamos de entrenadores porque las necropsias posteriores no fueron dadas a conocer a los allegados de cada caballo. En otros estados, como Kentucky, esos datos son informados. Desde entonces, el porcentaje de accidentes trágicos bajó de 2,24 cada 1000 competidores a 1,21.
En San Isidro y La Plata, en algunos grandes premios, como el Carlos Pellegrini, el Nacional y las Carreras de las Estrellas, son obligatorios los análisis pre-competencia.
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