Al comentar la entrega del hijo de Easing Along en Del Mar (5° a menos de cuatro cuerpos) en el Seabiscuit Handicap (G 2), el entrenador trasandino habló de la yegua argentina, del gran momento de Héctor Berríos y de una nueva promesa en su stud
Por el centro, Irideo (gorra blanca) va a ser 4° a cuatro largos de Hong Kong Harry (gorra dorada) / Benoit Photo |
Aunque sea
un hilo sutil, se sabe que
Marcelo Polanco, el entrenador del defensor de Pozo de Luna, describió
la situación de su caballo, que terminó 5° a menos de cuatro cuerpos del irlandés Hong
Kong Harry (Es Que Love), el favorito. “Creo que Irideo es millero y la carrera
no era fácil. Me dijo Héctor Berríos que pasando la milla puso el freno, creo
que no es lo mejor los 1700 para él. Pero llegamos bien, no fue un papel malo”.
El cuidador chileno, que hace menos de un mes despidió a Blue Stripe
(Equal Stripes) de su stud, vendida a Japón por 4 millones de dólares luego de
su brillante actuación en la Breeders’ Cup Distaff (fue 2ª al hocico de
Malathaat {Curlin}) dio otra muestra de su amabilidad al recibir la llamada
de Turf Class. “Ahora paro en una
gasolinera y te llamo”.
La señal para el teléfono era pésima y mejoró unos segundos después: “Ahora
me voy a Arcadia, mañana hay que trabajar. Tengo una hora y media sin tráfico y
puede llegar a 4 horas, pero es el fin de semana largo del Día de Acción de
Gracias, el Thanksgivingday, y estamos
en el medio. El domingo va a estar difícil la autopista”. Marcelo vive cerca de
Santa Anita Park, donde está su cuartel general. “Irideo tiene un mes para
recuperarse para la temporada de Santa Anita, que comienza el 26 de diciembre,
y allí buscarle una carrera de la milla, o 7 furlongs y medio; además están las
de
Un comentario aparte merece Héctor Berríos, el jockey chileno al que
Pozo de Luna llevó de Florida a California este año con notable suceso, sobre
todo para él mismo. “Héctor está bien, le monta a establos y entrenadores
importantes, como Mike Puype, Richard Mandellla. Ya se queda aquí, ha ganado
clientes nuevos y de buen nivel y es muy requerido”. Ayer, Berríos, el último
jinete de Blue Stripe, dio doblete en Del Mar.
Y hablando de la fenomenal yegua argentina criada en La Manija, Marcelo
evoca aquella noche en Fasig Tipton de Kentucky cuando se produjo su venta. Su
sentimiento estaba a flor de piel, en medio de sensaciones tan encontradas como
la despedida y una transacción cuatro veces millonaria.
“Para llegar a la Breeders’ Cup en una carrera como el Distaff, contra varias
yeguazas, debes tener una gran competidora.
Y he visto muchas, pero nunca encontré una yegua tan fácil, fue una maravilla entrenarla,
hace lo que uno le pide. Es un sueño llegar a esa carrera y perder en el último
cabezazo, como cantaba Gardel, o por menos, una nariz, como esta vez”, suelta,
de un tirón.
-Fue un gran momento en tu carrera, nos dijiste
allí.
-Es que
además fuimos un equipo muy bueno entre argentinos y chilenos, con don José
Cerrillo –propietario de Pozo de Luna- presente, Fernando Fantini a la cabeza y
el gran aporte de Nicolás Martín Ferro. Cuando me dieron la responsabilidad y
Blue Stripe ganó el Clement Hirsch (G 1), fue una gran felicidad. Y para el
Distaff vinieron amigos y familiares de todos lados y de todos los países. Fue
un tarde maravillosa.
-¿Llegaron más sudamericanos a la caballeriza?
-En este
momento tengo una yegüita chilena que acaba de llegar, ganadora de Grupo 1. Es
chiquita, corre de atrás, la estamos aclimatando y a los dueños les envío videos
para que vean el cambio que está experimentando en su físico, no para mostrar
mi trabajo sino para que vean su evolución. Llegó de la cuarentena en Miami y
fueron muchas cosas nuevas para ella, pero se adaptó. Estuvo calladita al comienzo, y ahora está
comiendo muy bien y tiene muchas ganas de salir a entrenarse.
Hace honor a su nombre la hija de Katmai (Scat Daddy) y la argentina
Unbending (Speighstown). “Se llama Una Chiquitita, pertenece a Roberto Abumohor,
un propietario chileno que tiene parte con el caballo en la larga que corrió la
Breeders’ Cup Turf (G 1), Master Piece –entró 8°-; ya he tenido caballos suyos”.
Todo un señor, Polanco. De una charla apurada, desde una estación de servicio e interrumpiendo un viaje, desplegó una semblanza puntillosa, para disfrutar. Y agradecer.
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