La yegua de La Providencia ganó el Clásico La Mission (G 2) en un final que cortó el aliento, ante tres rivales que redondearon con ella un notable juego táctico; el entrenador Pedro Nickel explicó cómo es el vínculo de la divisa brasileña con el jockey cordobés
Scarpetta, Love Story (Giannetti), Majestic Ruler (Valle) y Super Bijou (Blanco), en el disco / HSI |
El
sensacional desenlace del Clásico La Mission (G 2-
Ganó
Scarpetta (Super Saver), la que movió en el codo ante el tren que impuso Super
Bijou (Super Saver). Segunda a la cabeza quedó Love Story (Agnes Gold) y
tercera entró Majestic Ruler (Roman Ruler), a medio pescuezo de la escolta; fueron
las que atropellaron. Super Bijou resultó cuarta, a otro medio pescuezo y a solo
un metro y medio de comerse el plato que había cocinado, en un plan ejecutado
al milímetro, en el que también creyeron los apostadores, que ungieron al dúo
de Firmamento en favorito.
Espectacular. Cuatro ráfagas barriendo el disco en busca de una victoria que merecían todas, apretadas en un concierto que encerró la esencia de las carreras en 2m1s51/100. Cuarto éxito de Scarpetta, el segundo de Grupo 2 para una yegua a la cual el stud La Providencia le había reservado un futuro de arena, después de ganar el Especial Juan P. Artigas, el clásico para potrancas debutantes de Palermo, el año pasado. Y hubo buenos arrimes clásicos allí para ella, pero nada comparado con los dos que consiguió en la grama de San Isidro.
Pedro
Nickel, el entrenador de la yegua que encabezó el 1-2 de caballerizas brasileñas
–la buena de Love Story pertenece a RdI-, se prestó a contar detalles después
de la entrega de premios.
-¿Se asustó en el final?
-Sí, cómo
no. La yegua que entró segunda está siempre cerca de la mía, segunda, tercera,
cuarta. Pero la carrera salió bien, la yegua está demostrando que en el pasto
anda mejor que en la arena.
-Y corrió menos aquí que en San Isidro.
-Sí, ocurrió
que cuando debutó en el pasto no corrió bien. Entonces la dejamos en la arena,
en Palermo, donde había ganado ya dos veces. Estuvo casi ocho meses sin
competir acá. Nunca tuvo problemas físicos, fue una opción propia. Pero cuando
reprisó en el césped en un Grupo 2, hace tres meses [el Clásico Partícula], ganó
bien y ahí me animó a traerla de nuevo a aquí.
En nueve
actuaciones y a sus 4 años, Scarpetta dejó una conclusión irrefutable. La otra
cuestión es el jockey. Juan Carlos Noriega vive en estado de gracia en los últimos
meses. Ayer dio un triplete, que inició con el potrillo Wild Devil (Honour
Devil) y la potranca Avispa Vil (Honour Devil), dos ejemplares del stud
Aladino, entrenados por Juan Franco Saldivia.
“Noriega es
un amigo que se sumó al equipo. Tenemos a Luisito Vai, que está con nosotros
hace cinco años, desde que era aprendiz de 4ª categoría, y nos va a seguir
corriendo”, explica Nickel, mientras
elogia –elogiamos- al látigo. “Noriega agrega su experiencia y su conocimiento,
así que los dos van a montar nuestros caballos. Con Noriega no hay un contrato,
todo es de palabra porque lo conocemos desde hace mucho, nos vemos todos los días
y elegimos cuál jockey corre cada caballo”.
A uno le parecía
recordar que este acuerdo había surgido por algún caballo de temperamento fuerte
al que Chupino podría serenar. “Fue al revés –enfatiza Pedro-; todo comenzó con
esta misma yegua, que era muy mansa y no se empleaba. Así que la primera vez
que se puso esta chaquetilla fue con Scarpetta”. La zaina ganó ambos clásicos
con el cordobés.
Antes, esperando la premiación con las autoridades y después, ante el cronista, Chupino eligió el humor, como casi siempre, para describir su rol en la victoria de Scarpetta: “Si alguien lee mañana ‘Noriega ganó tres carreras’, va a pensar que es un diario viejo”.
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