viernes, 29 de julio de 2022

"¡Toda la vida esperando un caballo así!", se emocionó Tomás Kehoe Wilson, tras la victoria de Malibu Spring en el Clásico Perú

 
El criador y propietario del defensor del stud El Irlandés, nacido en Vikeda, celebró el 6° triunfo en siete actuaciones del millero que recibe cuidados cada día para aliviar sus dolencias y poder varear y competir, ahora ganador por ocho cuerpos


Malibu Spring, con un sereno William Pereyra, que eligió el mejor camino / Foto: Hapsa



Ya había quedado bien en claro qué clase de caballo es Malibu Spring (Greenspring). Se sabía de su hazaña cotidiana de ponerse en pie y de la tarea enorme de los trabajadores del stud de Marcelo Sueldo en San Isidro por cuidar esa mano, esos nudos algo deformados, producto de una fisura que ya sanó y una entrecuerda complicada. Ese caballo, que resurgió en el Clásico 25 de Mayo de 1810 en La Plata (G 2) y se consagró en el Estrellas Mile (G 1), volvió a Palermo y fue una maravilla.

Es un millero consolidado, Malibu Spring, que en este Clásico Perú (G 2-1800 m) se estiró un poco y no lo sintió, porque parece saber cuándo encender las turbinas. Y si se le olvida, lo tiene a William Pereyra, al que le alcanzó con montarlo una vez –en las Estrellas- para llevarle las riendas por donde debía. Ahora, en la arena pesada, el jockey lo manejó por dentro, expectante, mientras Balsamic hacía el gasto adelante. El puntero se abrió en la recta y al defensor de El Irlandés le quedó una ancha línea sin modificar nada, como si a sus rivales les hubiera dado alergia los palos, quizá una zona más castigada por el barro.

Ocho cuerpos sacó en el disco Malibu Spring, lo que no le quita mérito al 2°, Balsamic, más bien lo realza, porque a la vez que fue el mejor del resto dejó 3° a cinco largos a Maret (Master Of Hounds). 

Ela premiación, Tomás Kehoe Wilson, propietario, criador y uno de los herederos de su padre Eduardo –recordado presidente de la Asociación de Propietarios-, junto con su madre Anita y su hermana Anita Kehoe, que es veterinaria, tienen a su cargo el haras Vikeda y el stud. Un amigo saluda a Tomás y él responde “¡Toda la vida esperando un caballo así!”. A uno le suena raro como dato estadístico.

-¿Cómo que toda la vida esperando por esto, ni con tu padre?

-Nunca tuvimos un caballo así, crack propio y criado por nosotros. Es el sueño de todo criador y propietario.

-Entonces, cómo no pagar el suplemento para correr el Estrellas Mile.

-Fue una apuesta que nos salió bien. Marcelo (Sueldo, ahora suspendido) lo tiene como un gran caballo y cuando hubo que correr las Estrellas dijo que iba a correr bien el caballo, que nos arriesguemos y lo apoyé. Está bien lo que diga el cuidador. Nosotros teníamos ganas de ganar un Grupo 1. Nunca habíamos corrido un Grupo 1. Valió la pena; ahora sí, demostremos.

-¿Hoy dudaste cuando parecía que demoraba la atropellada?

-Jony (William Pereyra) lo conoce a la perfección, pero bueno, eran 1800 metros, el puntero venía bien. Malibu hace las cosas con mucha facilidad; vino por adentro, no regaló nada.


No es ni será el primer caballo frágil como un cristal que se transforma en un prodigio de potencia en la pista. Cada mañana lo espera un balde con hielo para que los medios le permitan varear y correr.

La muerte del padrillo Greenspring hace dos años y esta campaña de su hijo Malibu Spring, hacen pensar que tendrá un sustituto hecho en casa. “Vamos a seguir disfrutando a Malibu y en un futuro probablemente vaya al haras como padrillo. Su madre es muy generosa, corrieron todos los hermanos y él es un crack”, detalla Tomás y menciona a Matsumara (Editor’s Note), madre de las clásicas Misty Girl y Madonna Girl, entre otros ganadores.

Mientras tanto, en el haras Vikeda está a punto de iniciar su actividad un nuevo reproductor. Lo cuenta Tomás Kehoe Wilson: “Trajimos otro padrillo, Gershwin, un hijo de Distorted Humor en madre por A.P. Indy,  que va a arrancar en esta temporada. Una linda apuesta, entraron varios haras importantes, así que va a tener mucho apoyo; estamos muy entusiasmados. En nuestro campo tenemos alrededor de 50 o 60 yeguas en este momento”.

La rueda no debe parar.






 



 





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