Muchos se preguntan dónde está el negocio del hipódromo porteño en el sistema por el que se reciben jugadas del exterior en su totalizador, como si el crecimiento de los dividendos y pozos y la ulterior mejora en los premios hípicos no fuera de por sí una fuente estimable
Facal, Bullrich y Spangerberg, presentaron un avance que tiene destinatarios claros (Hapsa) |
Para las
dos patas más frágiles que tienen las carreras de caballos, propietarios y
apostadores, y que a la vez son vitales para sostenerlas económica e
institucionalmente, en el hipódromo de Palermo se están dando pasos en busca de
revertir el desapego que en suele caerse para favorecerlas o al menos
mantenerlas, algo que cualquier empresa tiene como meta principal para con sus
clientes. A veces, en los hipódromos se olvida que sólo con abrir las puertas y
esperar que los aficionados entren no alcanza. Y los criadores invierten, sí,
pero no son muy afectos a moverse corporativamente, entonces muchas acciones se
vuelven espasmódicas, sin correlato en la realidad.
Los dos, el escenario y los productores, parecen descansar en la pasión
argentina por el caballo. El público, el primer cliente, acude a las reuniones
aun con comodidades acotadas para disfrutarlas y costos excesivos; los otros, los
propietarios, casi nunca miden los riesgos cuando compran un potrillo, ni
siquiera ante la incertidumbre sobre si habrá carreras para canalizar esa
inversión, como sucedió en 2020 por el confinamiento que trajo el Covid-19,
cuando las ventas de sangre pura alcanzaron cifras impensadas.
Los aumentos en los premios ya generaron respuestas para los dueños de
caballos: Palermo incrementó exponencialmente las inscripciones. Mientras, San
Isidro, siempre con el lastre de que los aportes adicionales de las máquinas
tragamonedas de los bingos bonaerenses dependen del arbitrio de un tercero, el
Estado provincial, queda relegado en estos días.
El apostador, ahora, va a ser el primer beneficiario del Commingle, el
sistema al que adscribió el hipódromo porteño, por el cual ingresarán a su
totalizador jugadas del exterior, en un principio desde los Estados Unidos y en
breve de Canadá. “Hace más de veinte años que venimos trabajando en aportar
soluciones y nuevos canales de comercialización para que la industria siga
teniendo oportunidades”, dijo Fernando Facal, gerente general de Hipódromo
Argentino de Palermo, al presentar ante los medios la modalidad que está en
marcha desde la primera reunión del año, luego de recordar acciones anteriores
y vigentes, como la apertura de Turfitos (“con más de 300 puntos en la Capital
Federal, lo que aumentó las recaudaciones entre un 20 y un 30 por ciento”,
aseguró el ejecutivo) y el arribo de las tragamonedas, cuyo aporte llega a los
premios sin la burocracia y los desvíos estatales. “Pasamos a otro nivel”,
afirmó Facal respecto de todo el turf. “Firmamos un convenio con Tabcorp, una empresa australiana que es número uno en la comercialización de carreras de caballos”,
amplió.
Antonio Bullrich, presidente de la Comisión de Carreras, resaltó que “para
nosotros esto es importantísimo, hace mucho que venimos trabajando. Cuando
obtuvimos el permiso de Lotería de Buenos Aires (Lotba) ya estaba todo hecho,
incluso con qué firma lo íbamos a hacer”. Desde lo hípico, para Bullrich el
Commingle “mejora todos los aspectos; una vez que incrementa la recaudación,
como se vio en ocho fechas en que subió un 10% el promedio; demuestra que
tenemos un potencial enorme”. Lo que viene, para el directivo, es mejorar la
imagen del hipódromo en el exterior y no solamente en lo técnico, sino en lo
que se ve a través de las plataformas que ofrecen hoy las pantallas de todos
los dispositivos.
En tanto, el gerente hípico, Federico Spangerberg, destacó que “todo es
ganancia; son apuestas que no canibalizan otro canal”. En ese sentido, mencionó
el detalle de que las recaudaciones se darán a conocer en forma discriminada:
la que se capta por las vías habituales por un lado y la que se generará con el
Commingle, por otro, y que el bienestar animal es otro objetivo que se verá mejorado
con este nuevo ingreso de fondos.
“Habrá un totalizador externo de la empresa PGI que recibirá las
apuestas y hará el cambio a nuestra moneda automáticamente”, aclaró Spangerberg,
que detalló que, de la recaudación, 72% se destina al pago de apuestas y el 28%
restante se divide en 15% para Hapsa, 9% a premios hípicos y el 4% se destin al
canon de Lotba. La comercializadora recibe el 24% de lo que surge una vez
deducido el pago de apuestas.
Por ahora, el rédito para el hipódromo porteño es magro, pero la mejora en dividendos y pozos y pronto en premios, es lo que debe interesar a los clientes en lo inmediato, y eso ayudará a que la base de clientes no se estanque.
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